Diana Mondino ensayó la peor cara de perro de la que es capaz y su gesto adusto salió retratado en la foto que más tarde difundió la Cancillería argentina. Con esa puesta en escena, la canciller intentó imprimirle a su encuentro con David Cameron un tono confrontativo que, a juzgar por el comunicado de la Foreign Office británica, más bien sirvió para profundizar las negociaciones que ya existen entre ambos gobiernos. El contrapunto que se mantiene sobre la soberanía de las Islas, "no impediría" sin embargo "la cooperación recíproca en áreas que puedan resultar de beneficio mutuo", expresaron oficialmente desde Londres. No especificaron –tampoco lo hicieron las autoridades diplomáticas argentinas en su propia versión sobre la reunión– cuál sería el "beneficio" que persigue el Reino Unido respecto del asunto.
El encuentro tuvo lugar "en los márgenes" de la reunión de ministros de relaciones exteriores de los países del G-20, en Río de Janeiro. Es decir, ambos funcionarios pactaron verse a solas en el marco de la conferencia de diplomáticos que se desarrolla en Brasil. La reunión duró unos 45 minutos y según informó Cancillería, para Mondino fue la oportunidad de expresar su “malestar” por la visita de Cameron a las Islas y sus posteriores declaraciones. Pero también hablaron del "apoyo de la Argentina a Ucrania frente a la agresión rusa" y de "impulsar una nueva etapa en las relaciones entre la Argentina y el Reino Unido", basada en "asuntos multilaterales en los que se comparten prioridades comunes". En resumen, el encuentro sirvió en su mayoría para acercar posiciones, muy lejos de la actitud ofuscada que intentó vender la ministra.
Por eso, la alusión al "malestar" dejó gusto a poco. Sobre todo a partir de los dichos de Cameron, quien había declarado el domingo a la agencia AFP, desde las Islas mismas, que la soberanía argentina “no es un tema en discusión” y que espera que los isleños “sigan siendo británicos por mucho tiempo, posiblemente para siempre".
Después de un silencio de 48 horas, Mondino respondió con una ironía trivial a través de Twitter. “Valoramos el gesto del Canciller de UK de incluir a la Argentina en su vista a la región. Estaremos felices de recibirlo, en una próxima ocasión, también en Buenos Aires”, escribió el martes.
Esa había sido, hasta el encuentro de este miércoles, la única respuesta oficial del Gobierno ante la hostilidad del ex primer ministro británico. No hubo comunicado de repudio ni tampoco se envió un exhorto a la embajada británica en el país, como se suele hacer ante este tipo de casos, remarcando el carácter colonial de la ocupación. Algo que Argentina hizo en respuesta a la visita de la princesa Ana de Edimburgo (hermana del actual rey Carlos III), en 2022, y del subsecretario de Estado Parlamentario y Ministro para las Américas, David Rutley, en noviembre de 2023.
Rutley fue el enviado del Gobierno británico a la asunción de Javier Milei el 10 de diciembre pasado. Según distintas fuentes, el presidente argentino tuvo un breve encuentro con él tras la asamblea legislativa. Su reunión en el Foro de Davos con el propio Cameron, hace un mes, y su devoción pública por la ex primera ministra Margaret Tatcher suman condimentos a las suspicacias sobre cómo el gobierno libertario pretende manejar el reclamo por la soberanía.
Para el el exsecretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Guillermo Carmona, la alusión en el comunicado británico a la "cooperación mutua" enciende las alarmas respecto de la reedición del acuerdo Foradori-Duncan, firmado entre argentina y el Reino Unido en 2016, bajo el gobierno de Mauricio Macri, que Alberto Fernández rompió en 2023, y que también implicaba acuerdos de conjuntos en materia de seguridad, comercio bilateral y ciencia y tegonología, entre otros puntos. "Esos acuerdos solo le interesan a los británicos, que buscan explotar la pesca y el petróleo", denunció.
"La posición de la Cancillería hasta ahora tras la provocación colonial de Cameron abre un escenario muy complicado para el reclamo de soberanía de nuestro país. Es una posición nuevamente concesiva, como fue con Macri, pero puede ser peor. No hacer valer los derechos propios es un retroceso que nos pone en desventaja", sumó Carmona.
Más repudios
Luego de que el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, declarase a Cameron como "persona no grata", varios de sus pares del peronismo salieron a repudiar la provocación pirata. El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, consideró la visita como "un acto de profunda provocación a la memoria de nuestros héroes que entregaron su vida" durante la guerra de 1982.
La misma línea siguieron varios vicegobernadores. "Expresamos nuestro rechazo a la acción provocativa del gobierno del Reino Unido", señalaron y destacaron que la visita tuvo "claras connotaciones colonialistas", dijeron entre otros los representantes de Buenos Aires, Verónica Magario; Catamarca, Rubén Dusso; La Rioja, Teresita Madera y La Pampa, Alicia Mayoral, entre otros.
El Centro de Civiles Veteranos de Guerra de Malvinas denunció, por su parte, que la "provocación de los piratas" contrasta con "el silencio cómplice del Gobierno argentino". "Sigue existiendo una infame campaña de desmalvinización", agregaron.