El déficit fiscal primario del tercer trimestre de este año alcanzó los 22.379 millones de pesos, que representó un 2,2 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), por debajo del 3,2 por ciento definido como tope por el Ministerio de Hacienda. En septiembre el déficit primario sumó 31.353 millones de pesos, lo que implicó una reducción del 15 por ciento interanual, aunque en ese cotejo el pago de intereses se disparó en un 65 por ciento. El desequilibrio financiero, que incluye los servicios de la deuda, acumuló entre enero y septiembre un rojo de 370.989 millones de pesos, un 26 por ciento más que los 293.577 millones que se habían registrado en el mismo período de 2016.
“Este resultado de sobrecumplimiento de la meta se dio en un trimestre electoral, en el que tuvimos las PASO y los comicios legislativos. Ratificamos así que el calendario electoral no iba a modificar el comportamiento de las cuentas públicas”, celebró el secretario de Hacienda, Rodrigo Pena, al dar los resultados de las cuentas fiscales. El funcionario aseguró que el menor déficit se explica porque los gastos están creciendo por debajo de los ingresos y de la inflación real acumulada. En el tercer trimestre del año los gastos primarios crecieron un 19 por ciento anual mientras que los ingresos totales avanzaron un 29 por ciento anual. No obstante, el ajuste en el gasto a partir de recorte de subsidios a la energía es compensado por un creciente aumento en el peso de los pagos de deuda.
El jefe de asesores del Ministerio de Hacienda, Guido Sandleris, sostuvo que la meta final de déficit de este año no se va a modificar. El Gobierno había definido una meta de déficit fiscal primario del 4,2 por ciento para este año; 3,2 para 2018; y 2,2 para 2019. Para el tercer trimestre del año habían proyectado un rojo primario de 3,2 por ciento, por lo que el Gobierno se jacta de haberla sobrecumplido en un punto, que equivalen a 106.651 millones de pesos.
Según precisó el Ministerio de Hacienda, los gastos corrientes bajaron 5 por ciento anual en septiembre, por una abrupta caída del 42 por ciento en los subsidios. Principalmente hubo un recorte en las transferencias al sector energético, de un 59 por ciento interanual, y a transporte, con un 5 por ciento de ajuste. “En relación con la caída del sector energético, si bien la suba de las tarifas de la energía (luz y gas) es un factor clave que incide en esta cuestión, es relevante tener presente también que en diciembre de 2016 el gobierno le giró anticipadamente a Cammesa alrededor de 30.000 millones de pesos”, advierte un informe de la consultora Ecolatina.
Este recorte de subsidios no fue compensado por el 14 por ciento de alza en los salarios públicos, 9 por ciento en trasferencias a provincias y 51 por ciento a universidades. Los gastos primarios crecieron en septiembre principalmente por el incremento del 36 por ciento en los recursos destinados a las prestaciones sociales: Jubilaciones y Pensiones avanzó 39 anual; Asignaciones familiares y por hijo mostraron un alza del 25; y otros programas, 34. Los gastos de capital registraron un alza del 25 por ciento, a partir de un aumento de 64 por ciento en los recursos destinados a Transporte, 48 para vivienda, 13 para agua y alcantarillado y 229 para Educación.
El dato más llamativo es el creciente aumento del déficit financiero, que incluye el pago de intereses de la deuda pública neto de vencimientos intra-sector público, el cual alcanzó a 51.177 millones de pesos, un 4 por ciento de aumento interanual, el cual se explica por un aumento del 65 por ciento del pago de intereses. En términos del PBI, el rojo financiero alcanzó 3,6 por ciento en los primeros nueve meses, que se explica por el pago de intereses por 1,4 del PBI. Para el mismo período del año pasado, el peso de los intereses era de 1 por ciento del PBI. “Producto del creciente pago de intereses (ascenderían a 2,2 por ciento del PBI en 2017), el resultado financiero del Sector Público Nacional No Financiero alcanzaría 6,2 por ciento del PBI este año empeorando 0,2 puntos respecto de 2016 (de 6 por ciento), lo que marca que el ahorro generado por la reducción del déficit primario no alcanza para cubrir la mayor carga de intereses”, advierte el informe.