La actividad económica de la región latinoamericana continúa exhibiendo una trayectoria de bajo crecimiento, destacó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su Balance Preliminar de las Economías del año 2023. Puntualmente para Argentina estimó que el PBI el año pasado habría cerrado con una contracción del 2,5 por ciento en 2023 –tras el crecimiento de 5 por ciento en 2022- y pronostica una caída de 1 por ciento en 2024, lo cual resulta optimista al contrastar con proyecciones del FMI (menos 2,8 por ciento) por ejemplo.

La economía mundial, dice Cepal, muestra “escaso dinamismo” en lo que respecta al crecimiento del PBI y del comercio. “Aunque la inflación ha disminuido a nivel mundial, las tasas de interés de las principales economías desarrolladas no se han reducido, por lo que los costos del financiamiento para las economías emergentes, incluyendo la región, se han mantenido elevados”, describe, para luego aclarar que “el bajo crecimiento que se espera presenten los países de América Latina y el Caribe en 2023 y 2024 no es solo un problema coyuntural, sino que refleja la caída que se vino observando en la tasa de crecimiento tendencial del PBI”.

Con un “restringido espacio” para las políticas macroeconómicas y un sector externo poco dinamizador, la región perderá en su capacidad de crear empleos, advierte el organismo. Tanto el crecimiento de la ocupación como el aumento de la inactividad, “redundaran en una reducción de la tasa de desocupación regional, que para 2023 se estima en un 6,5 por ciento y para 2024 en un 6,9 por ciento”. Respecto de la informalidad laboral se mantuvo en un 48 por ciento en la región, y no esperan cambios significativos para 2024. Al igual que respecto a las brechas de género.

Estos son, sintéticamente los mensajes claves a nivel mundial que transmite la Cepal:

■ Bajo dinamismo del crecimiento global.

■ Comercio mundial de bienes estancado.

■ Elevados costos financieros en los mercados globales.

Mientras que los mensajes claves en la región son:

■ Continúa el bajo crecimiento económico.

■ Menor creación de empleo y persistencia de la informalidad y de las brechas de género.

■ Baja inversión y productividad laboral.

■ Limitado espacio de políticas fiscal y monetaria.

Un espacio fiscal reducido y problemas estructurales de larga data –como el bajo nivel de inversión pública y privada, una menor productividad y predominancia de economías informales- dan cuenta del menor alcance que tienes las políticas macroeconómicas en la región. En su Estudio, Cepal repasa la coyuntura económica de los distintos países de la región hasta el primer semestre del año.