Un gol de Scocco a los 81, tras una jugada iniciada por el ingresado De la Cruz, le dio a River una victoria 1-0 de local frente a Lanús en el partido de ida por las semifinales de la Copa Libertadores, que lo deja bien parado pensando en la revancha del próximo martes en La Fortaleza. El Granate apostó a defenderse y a contraatacar, pero los millonarios le bloquearon bien los caminos .
Fue un partido ajustado por donde se lo mire. River intentaba sin demasiadas ideas y con pasos cautelosos, y Lanús se defendía casi sin arriesgar nada. La lucha se estableció en el mediocampo y apenas sacudieron la modorra un par de remates del conjunto millonario que hicieron suspirar a los hinchas. El más serio fue el disparo al arco de Scocco, a los 13, pero Andrada, que ya se había mostrado despierto con un tiro previo, respondió. Del lado de Lanús, muy contenido, salvó unas escapadas infructuosas de Acosta, no hubo en la primera parte situaciones de peligro sobre el arco de Lux.
El equipo de Gallardo dominaba la posesión de la pelota e intentaba llegar por distintos sectores. Algunos desbordes por la izquierda de Sarachi, combinaciones entre Nacho Fernández y Enzo Pérez por el medio, y algún que otro avance esporádico de Montiel, pero nada demasiado picante. Scocco solo no lograba superar la línea defensiva del conjunto granate, que se mostraba sólida y dispuesta a elaborar jugadas de contragolpe, por lo general destinadas a corridas de Acosta o a lo que Sand pudiera inventar arriba.
Las escasas emociones de la primera parte no dieron ni siquiera lugar a la implementación del novedoso sistema de videoarbitraje (VAR, ver aparte). Distinta fue la segunda parte, no tanto por el planteo de Lanús, sino por el de River, que se volvió más profundo y peligroso en ataque. La intensidad del conjunto millonario se plasmó con un buen remate de Pinola que se estrelló contra el palo derecho de Andrada.
Para la última media hora, Gallardo y Almirón decidieron meter mano en sus equipos con los ingresos de De la Cruz y Auzqui, por un lado, y de Aguirre y el paraguayo Rojas Romero por el otro. River necesitaba un poco más de profundidad y la encontró, precisamente, con una jugada del delantero uruguayo que, tras un mal despeje de Braghieri, continuó con un remate de Pity Martínez que Andrada tapó con espectacularidad pero ofreciendo un rebote que Scocco tomó para poner, con violento remate cruzado, el 1-0.
Mientras en el Monumental las tribunas estallaban de alegría y de aliento, ya pensando en la revancha del próximo martes, a los granates les quedaba la sensación amarga de no haber aguantado el cero en su arco, a las claras el objetivo para la tarde-noche de ayer, un planteo que no fue consecuente con la historia de dominio de la pelota y búsqueda ofensiva que los depositó en estas semifinales. “Nos defendimos un poco, pero creo que hicimos un partido inteligente”, reconoció Sand, tras la derrota.