Los aumentos de precio de los alimentos de la Canasta Básica medidos en comercios de cercanía fueron durante la primera quincena de febrero menores a los registrados en enero, aunque siguieron en niveles muy elevados. En supermercados y almacenes del Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) se constataron subas con picos del 22,76 por ciento en frutas y verduras, aumentos de entre 7,5 y 19,2 por ciento en el segmento de productos de almacén y de entre 3 y 5,6 por ciento en carnicería.
Las mediciones del Centro de Estudios por la Soberanía Popular Mariano Moreno (CesopMM) para los alimentos básicos encontraron a los precios de verdulería y frutería entre los de mayor aumento durante la primera quincena de febrero. Sobresalieron los siguientes productos: la lechuga se encareció 22,76 por ciento; la mandarina, 21,03; el paquete de acelga, 20,56; la cebolla, 16,9, y la banana, 12,92. Por el contrario, hubo una baja en el precio del tomate perita del 0,47 por ciento y de la pera, del 8,45 por ciento, en los locales de cercanía del Amba.
La inflación minorista en enero, si bien desaceleró respecto a diciembre, se mantuvo en niveles altos del 20,6 por ciento versus 25,5 en el último mes de 2023. Para el rubro de los alimentos y bebidas los precios aumentaron 20,4 por ciento en enero contra 29,7 por ciento en diciembre, de acuerdo a Indec. En tanto, la tendencia en febrero parece más estable, siguiendo distintos relevamientos privados, y especialmente en el caso de los productos de almacén que saltaron en diciembre y enero luego de la devaluación.
Los artículos de almacén que componen la canasta básica -relevada en comercios de cercanía- aumentaron en febrero mucho menos que en enero, según el CesopMM. Mientras las subas líderes en el primer mes del año promediaban el 60 por ciento, en febrero se destacó el queso crema con un aumento del 19,23 por ciento. Seguido por caldos (10,4), leche (9,01), sal (8,83), queso cremoso (8,78), dulce de leche (8,23), manteca (7,97), fideos (7,84) y polenta (7,52).
En tercer lugar se posicionaron los incrementos en carnicería, el único producto que experimentó un aumento de dos dígitos fue la carne picada (12,39 por ciento) que había liderado las subas también en enero (20,63 por ciento). Le siguieron la carnaza común y el asado (promediando 5,6 por ciento), la paleta y el espinazo (4,6 por ciento promedio), el pollo (3,52) y la nalga (2,59). En la segunda quincena de febrero, anticipan relevamientos privados, el precio de la carne volvió a escalar.
“Una cosa es recomposición de precios relativos y otra es inflación. La parte buena es que si sacás el efecto de recomposición, la inflación está bajando fuerte”, aseguró el ministro de Economía, Luis Caputo, días atrás. La elipsis lingüística recuerda a cuando en los años del gobierno macrista el mismo ministro hablaba de un “sinceramiento” de precios, para referirse a los tarifazos de luz y de gas.
Esos aumentos pueden poner en jaque la estrategia del ministro de estabilizar la inflación en enero-febrero, dos meses de baja actividad económica y además marcados por un fuerte ajuste fiscal y monetario. En marzo y abril cuando reabren la mayoría de las paritarias y la economía enciende más sus motores, la dinámica de precios podría recalentarse.