La visita de Mike Stern a Rosario es todo un acontecimiento. Se trata de uno de los guitarristas de jazz-rock más influyentes, cuya trayectoria lo vincula con nombres legendarios como Miles Davis -con quien compartió su última etapa-, Jaco Pastorius, Billy Cobham, Michael Brecker; y una discografía solista -que supera los 15 discos- que le valió nominaciones al Grammy, ser galardonado como Mejor Guitarrista del Año por diversas entidades, y un reconocimiento internacional que lo sitúa como referente insoslayable. El músico nacido en Boston se presentará el sábado próximo a las 21 en el Galpón 11 (Estévez Boero 980), con una formación a la altura: Leo Genovese (piano), Juan Chiavassa (batería), Javier Malosetti (bajo), Bob Franceschini (saxo), y Leni Stern (guitarra y voz). Las respuestas de Mike Stern llegan por mail, en este diálogo con Rosario/12.

-Le pregunto por su niñez, ¿escuchaba discos, radio, iba a conciertos?

-¡Claro! Extraño mucho las casas que venden discos, me crié entre vinilos y shows. En esa época trataba de absorber todo lo que estaba a mi alcance: vinilos, shows, radios, ir a la casa de un guitarrista para que te enseñe algo, lo que sea, con tal de incorporar algo nuevo.

-¿Por qué eligió la guitarra? Antes de estudiar en Berklee, ¿el jazz ya estaba entre sus preferencias?

-No te olvides que soy de la generación que tuvo a Jimi Hendrix, Jimmy Page, B. B. King; todos queríamos ser guitarristas. Pero también descubrí a Wes Montgomery, y músicos como John Coltrane, Cannonball Adderley, Bill Evans; creo que eso soy yo, un mix de todos ellos. Diría que Berklee me dio las herramientas, pero el resto va por tu lado. El estudio de la guitarra es un camino sin fin, que nunca se detiene. Algo que hice durante toda mi vida, y sigo haciendo, es transcribir solos de Coltrane, Miles Davis o Michael Brecker; es un excelente estudio que recomiendo a todos.

-¿Cómo llegó a tocar con Blood, Sweat & Tears? ¿Qué le aportó esa experiencia?

-Creo que fue Pat Metheny quien me recomendó, fue una hermosa experiencia, ellos eran una banda de soul, con algo de jazz, ideal para mis comienzos, tengo los mejores recuerdos de aquella época.

-Es inevitable preguntarle por Miles Davis. ¿Cómo llegó el ofrecimiento de tocar con él? ¿Cómo eran los ensayos?

-Fue unas de las grandes inspiraciones de mi vida. Grabé en A man with the Horn, que fue su primer disco luego de varios años de ausencia, y recuerdo que solo se presentó, hicimos una toma, y esa toma quedó en el disco. ¡No podía creerlo! No había grandes charlas sobre música e indicaciones, la prioridad era ser sincero, aportar lo que la música necesitaba. Fue una de mis mayores influencias. No recuerdo muchas indicaciones precisas, quizás ese era el mérito de Miles, ser un líder sin tantas palabras. Siempre pretendía que estemos al servicio de lo que la música necesitara. Puedo decirte que considero a Miles un artista que trasciende la música, así como Picasso o Dalí trascienden la pintura. Miles no solo ha influenciado a músicos, sino a escritores, actores, pintores, o -¿quién sabe?- ¡hasta a abogados!

-¿Qué elige destacar del trabajo con Jaco Pastorius? ¿Y con Steps Ahead?

-Con Jaco tocamos mucho en vivo, y el grabó en un disco mío, así que siempre estaré agradecido con él. Con Steps Ahead es más difícil, teníamos varias formaciones distintas y tengo mucho cariño por una grabación en Japón (Steps Ahead Live in Tokyo), junto a Darryl Jones, Michael Brecker, Steve Smith; creo que es del año 1986, amo ese disco.

-¿Por qué se decidió a llevar adelante una etapa solista? ¿Qué es lo que pudo desarrollar en esos primeros discos?

-Creo que fue el momento de desarrollar mi música y poder exponerla. Hasta ese momento, yo era el guitarrista de otros; había tocado con Miles, Jaco, Brecker Brothers, Billy Cobham, pero nunca temas míos. Tenía la necesidad de mostrar mis ideas e intentar desarrollar mi lenguaje, ese fue el desafío que me propuse en aquellos años y sigo manteniendo hoy.

-Al escuchar sus discos, uno nota distintas preocupaciones musicales; a veces con más músicos (The Trip); otras, más íntimos (Eleven). ¿Qué es lo que ahora tiene ganas de hacer? ¿Hay un próximo proyecto?

-Estoy terminando mi nuevo disco, y seguramente esté listo para septiembre. Han colaborado Richard Bona, Dennis Chambers, Antonio Sánchez, entre otros; estoy muy contento con los resultados, la música fluyó en el estudio, y todos los invitados dieron lo mejor de sí.

-Por último, ¿qué es para usted el jazz?

-Una música infinita, con la capacidad de fusionarse y adaptarse con otros géneros, útil para trascender fronteras. Muchos géneros de países lejanos de Estados Unidos han incorporado la improvisación y el jazz; ya sea flamenco, bossa nova o tango, ¿no?