Tras una espera de 50 años y una enorme expectativa, la sonda estadounidense Odysseus llegó este viernes a la Luna, marcando el regreso definitivo del país norteamericano al satélite natural desde la era Apolo. Sin embargo, la compañía privada Intuitive Machines, anunció que probablemente alunizó "de lado" y no en posición vertical, lo que genera preocupación entre los científicos.
Odysseus se posó sobre la Luna a las 23H23 GMT del jueves (8.23 del viernes en Argentina), pese a contratiempos, como un fallo en su sistema de navegación y una comunicación complicada justo después del alunizaje.
Según Steve Altemus, presidente ejecutivo y cofundador de Intuitive Machines, lo más probable es que Odysseus tropezó en la superficie y el módulo de aterrizaje volcó.
Ayudándose de una maqueta, el especialista mostró cómo habría quedado la sonda "de lado", aunque con la parte superior probablemente apoyada sobre "una roca", de modo que estaría "elevado" parcialmente.
La empresa, fundada en 2013 y con sede en Houston, en el estado de Texas, afirmó el jueves que la nave había aterrizado "en posición vertical", pero estos datos eran incorrectos, añadió.
Sin embargo, el módulo de alunizaje todavía puede producir energía gracias a sus paneles solares y, por tanto, funcionar, dijo Altemus, y precisó que se esperan fotos "este fin de semana", que deberían confirmar la posición.
¿Qué instrumentos de la NASA llegarán a la Luna?
Entre los instrumentos de la NASA que transporta Odysseus está el RFMG, que provee una medición significativamente más precisa del nivel de llenado de un tanque de combustible, un tema crucial en futuras misiones de larga duración.
También posee un instrumento, SCALPSS, con cuatro cámaras para capturar sonido e imágenes fijas de la columna de polvo creada por el motor del módulo de aterrizaje cuando comienza su descenso a la superficie lunar hasta que se apaga.
La NASA envía también cuatro antenas y un sistema receptor de radio de baja frecuencia diseñados para estudiar el entorno dinámico de energía cerca de la superficie lunar y determinar cómo la actividad natural y generada por el hombre cerca de la superficie interactúa con las investigaciones científicas. Este instrumento, conocido como ROLSES, también detectará emisiones radiales del Sol, Júpiter y la Tierra, así como polvo que impacte en la superficie de la Luna.
Al equipo se suma el NDL, un sensor de descenso y aterrizaje basado en la detección y alcance de luz. Este instrumento funciona con los mismos principios del radar, pero utiliza pulsos de un láser emitido a través de tres telescopios ópticos. El instrumento medirá la velocidad y dirección del vehículo y la distancia a la superficie con alta precisión durante el descenso hasta el aterrizaje.
Igualmente, el módulo posee una colección de ocho retrorreflectores (LRA) que permiten un alcance láser de precisión, que es una medida de la distancia entre una nave espacial en órbita o aterrizaje y el reflector del módulo de aterrizaje. El LRA es un instrumento óptico pasivo y funcionará como marcador de ubicación permanente en la Luna durante las próximas décadas.
Por último, el LN-1 es un pequeño experimento de hardware de vuelo del tamaño de un CubeSat que integra funciones de navegación y comunicación para que la navegación autónoma respalde futuras operaciones orbitales y de superficie.