El mexicano Peso Pluma canceló "por razones personales" su participación en el Festival de Viña del Mar, donde era el número estelar del tradicional certamen que arranca este domingo en Chile.
El mexicano, el último gran fenómeno de la música latina, "comunicó que no podrá presentarse en el certamen este 1 de marzo, como estaba previsto", dijo un comunicado de los organizadores.
La cancelación también alcanza a otras presentaciones del artista en Lima y Asunción. Según manifestó el equipo del cantante, esta decisión fue adoptada "debido a razones personales".
Peso Pluma era por lejos el artista más popular de los presentes en este tradicional festival del verano austral chileno, considerado uno de los eventos musicales más importantes de América Latina.
Su actuación venía, sin embargo, precedida de la polémica por las acusaciones de promover la "narcocultura" y pedidos públicos de que la organización cancelara su presentación.
Peso Pluma es el exponente más conocido de los corridos tumbados, que mezcla los tradicionales corridos mexicanos con el rap y el reggaetón.
El cantante se convirtió el año pasado en el primer mexicano en posicionar una decena de canciones entre las 100 más populares de Estados Unidos, según la revista Billboard.
El 4 de febrero ganó el Grammy en la categoría mejor álbum de música mexicana, por su disco "Génesis".
Dos argentinos encargados de cerrar Viña del Mar
En reemplazo del mexicano, la organización del Festival de Viña informó que estará la argentina María Becerra, quien cerrará la última de las seis jornadas del Festival y que sumó a la parrilla de artistas a su compatriota Trueno.
El español Alejandro Sanz inaugurará el certamen el domingo junto al colombiano Manuel Turizo.
Del resto de las jornadas, destacan el grupo mexicano Maná, el italiano Andrea Bocelli; los argentinos de Miranda, el puertorriqueño Mora, el rapero chileno Young Cister y la revelación de la música brasileña Anitta.
El espectáculo sacará adelante su versión 2024 en una cuidad que a inicios de mes vivió uno de los incendios forestales más mortíferos del siglo XX, que dejó al menos 133 muertos y unas 7.000 casas arrasadas.