El crecimiento económico de China en 2023 estuvo impulsado por los sectores asociados a la transición energética, es decir, que propenden a reducir las emisiones de carbono. Esto era algo impensable algunas décadas atrás, cuando los paneles solares y los autos eléctricos eran apenas una curiosidad. Ahora, junto con otros rubros como baterías, nuclear, redes de electricidad y ferrocarriles, lideran las inversiones y el incremento de la producción del país asiático, según un informe de Carbon Brief.
Se estima que estos sectores, que China potencia para alcanzar sus ambiciosas metas de descarbonización pero al mismo tiempo para venderle al mundo los artefactos necesarios para llevar adelante la transición energética, explicaron el 40 por ciento de la expansión del PBI del país durante el año pasado. Es decir que sin esos sectores, la economía china hubiera crecido un 3 por ciento, en lugar del 5,2 por ciento.
"El aumento de la inversión en energía limpia se produce al mismo tiempo que el sector inmobiliario se contrajo por segundo año consecutivo. Este cambio posiciona a la industria de la energía limpia como una parte clave no solo de los esfuerzos energéticos y climáticos, sino también de una política económica e industrial más amplia por parte de China", sostiene el trabajo, elaborado por el investigador Lauri Myllyvirta.
Nuevos tigres
¿Cuáles son estos sectores asociados a la transición energética en China, es decir, a la descarbonización de la economía de ese país --que implica la reducción del peso del carbón y los combustibles fósiles en la matriz energética--? Se trata de la energía solar, energía eólica, vehículos eléctricos, eficiencia energética, almacenamiento energético e hidrógeno, ferrocarriles, energía nuclear y redes de electricidad.
A través del impulso a estos rubros, el país asiático le apunta a un objetivo ambicioso que es definitorio para el equilibrio ecosistémico a nivel mundial, dado que China explica por sí sola alrededor de una tercera parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. El país promete la neutralidad de carbono, es decir que sus emisiones estén neutralizadas por la absorción de su territorio, para 2060.
Los sectores vinculados a la transición energética son los que más inversión atraen en China. En el caso de la generación eléctrica de bajas emisiones de carbono junto al almacenamiento de energía, la inversión creció un 48 por ciento en 2023 en relación al año previo, al tiempo que la inversión en la manufactura de paneles solares, vehículos eléctricos y baterías avanzó un 60 por ciento anual. Nota al pie: en ese cuadro en donde aparece la fuerte demanda de litio por parte del país asiático, que por ello cuenta con varios proyectos de producción en Catamarca, Salta y Jujuy.
El (nuevo) imperio del sol
El sector económico más dinámico de los asociados a la transición energética en China es el solar, que avanzó, teniendo en cuenta inversiones y producción de bienes y servicios, un 63 por ciento en 2023. Este impresionante crecimiento se explica en buena medida por el impacto de dos iniciativas gubernamentales, una en apoyo de la energía solar distribuida --paneles instalados en casas y edificios-- y otra para empujar la energía de base, es decir, los grandes proyectos de generación de energía eléctrica.
Asimismo, 15 provincias chinas priorizaron la industria de manufactura del sector solar en su programación anual. El tremendo desarrollo de la industria de la energía fotovoltaica, en donde China es, por lejos, líder mundial, también genera una fuerte presión extractivista en países del tercer mundo en sectores como aluminio y cobre.
Las exportaciones de los componentes de los paneles solares desde China hacia el resto del mundo crecieron alrededor de un 50 por ciento medidas en cantidades, aunque en términos de valor, solo lo hicieron un 3 por ciento. Esto se explica por la notable caída de los precios de los paneles solares, motivo por el cual su utilización en todo el mundo está creciendo por encima de cualquier otra fuente de energía. Las ventas externas de China se concentraron en los países que forman parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, las economías del sudeste asiático y varios países de África.
Otro de los sectores "verdes" que avanza a "pasos chinos" es la energía eólica, cuya capacidad instalada aumentó el año pasado un 84 por ciento en el país asiático frente a 2022. En el caso de los autos eléctricos, la producción china el año pasado alcanzó las 9,6 millones de unidades, un incremento interanual del 36 por ciento. La fabricación de unidades eléctricas ya explica un tercio de la producción total de vehículos en China, en donde hay 94 marcas que ofrecen más de 300 modelos con esa tecnología. Además, se calcula que el año pasado se instalaron en China 3 millones de puntos de recarga para los vehículos eléctricos, con lo cual el total llega a 8,6 millones de puntos de carga.