Reservoir Books –uno de los sellos de Penguin Random House- lanzó recientemente dos novelas gráficas de Marjane Satrapi, la célebre –y multipremiada- autora de Persépolis. Se trata de Bordados y de Pollo con ciruelas, dos “menores” al lado de su obra magna, pero que a su modo la complementan muy bien. La llegada de ambos títulos a las bateas argentinas coincide con una muy buena noticia: aunque Satrapi está “retirada” de la historieta y lleva más de una década volcada al cine (y la animación), los mercados internacionales pronto verán un nuevo libro con su firma. Se tratará de Woman, Life, Freedom, una antología de non-fiction gráfica sobre la vida de las mujeres en el Irán de hoy, una constante en la obra de Satrapi tanto en Persépolis como en Bordados y, en menor medida, también en Pollo con ciruelas. Pero para que Woman, Life, Freedom, llegue a las bateas locales falta un buen tiempo aún. Los otros dos libros, en cambio, están en las librerías argentinas.
Los dos “nuevos” libros datan en realidad de 2003 y 2004. Bordados se publicó en Francia casi al mismo tiempo que el cuarto y último volumen de Persépolis. Pollo con ciruelas llegó al año siguiente. Eso permite leerlos como complementos. Pero mientras Persépolis es una narrativa eminentemente política atravesada por la vida de su autora, Bordados en cambio es un diálogo prismático sobre la vida de las mujeres que rodeaban a la familia de Satrapi. Samovar mediante, la abuela de “Marji” y sus amigas “ventilan el corazón”, que no es más que un modo poético de llamar al chusmerío. En ese proceso, Satrapi retrata no sólo al grupo de nueve señoras, sino que traza un mapa sobre lo vida público-privada de las mujeres en Irán según pasan los años y las circunstancias, pero siempre atravesadas por la obligación pública del matrimonio. Y puede ser en Irán, pero también en muchos otros países, incluso los occidentales con los que se comparan muchas de las protagonistas del libro.
Bordados está atravesado por un sentido del humor tan íntimo como ácido que cumple un rol fundamental en la narrativa y demuestra el dominio que tenía la francoiraní de los recursos de la historieta. Donde otro u otra haría una novela gráfica chata de cabecitas parlantes, Satrapi las lleva a otro nivel y hace un trabajo impresionante para dotar a cada personaje de cualidades propias, sin siquiera necesitar romper con su estilo austero de dibujo. Efectivamente, hay mucho diálogo –para ser una historieta moderna, claro-, pero fluye magníficamente y muy pronto el lector se siente parte –a escondidas, quizás, pero parte al fin- de esas confesiones de mujeres mientras los hombres de la familia duermen la siesta.
Pollo con ciruelas sale un año después y aunque es más breve, se nota también que la autora había tenido tiempo de respirar y dedicar más tiempo a cada página. Acá algunas viñetas se permiten ciertas florituras, hay pasajes oníricos, paisajes, muchas secuencias de gran cantidad de viñetas por página (un rasgo bastante característico de la historieta francobelga) y una estructura menos fluida, pero claramente más planificada.
Esta nouvelle gráfica cuenta los últimos ocho días del músico Náser Ali Jan (una suerte de tío lejano de la propia Satrapi), quien decide dejarse morir porque su esposa le rompió su “tar” (un instrumento tradicional iraní). Durante esa semana Náser se pone en paz con su familia, con sus recuerdos, con sus faltas. Después del reconocimiento y consagración que le supuso Persépolis, Pollo con ciruelas le valió el Premio al Mejor Libro (Prix du Meilleur Album) en el Festival Internacional de la Bande-dessinnée d’ Angoulême.
Si Bordados tiene mucho humor, en Pollo con ciruelas está casi ausente: es una tragedia evitable que se encamina inexorablemente al final de su protagonista. Aunque el foco está puesto en el músico que se abandona a sí mismo, Satrapi no deja de señalar algunas cosas sobre la esposa, sus frustraciones, sus anhelos deshechos y su propia tristeza. De poética evidente, esta historia se clava en el pecho y conmueve, especialmente a quienes, cual derviches, siguen un camino que los apasiona.