Más de siete millones de israelíes votaron este martes en unas elecciones locales y regionales que ya fueron postergadas en dos ocasiones por el curso de la guerra en la Franja de Gaza. Los israelíes elegían a 239 alcaldes y concejales de 197 municipios y los representantes de 45 consejos regionales. La participación fue inferior a la de las últimas elecciones de 2018, según las estimaciones del ministerio del Interior a lo largo de la jornada.
Los comicios fueron aplazados hasta noviembre en las localidades en el sur cercanas a la Franja de Gaza y en las del norte, cerca de Líbano, escenario diario de intercambios de disparos entre el Ejército y el movimiento islamista Hezbollah. En total hay casi 150 mil israelíes desplazados por la guerra o las hostilidades en estas dos zonas.
No se esperan cambios en las grandes ciudades de Israel salvo en Tel Aviv, donde el actual alcalde, Ron Huldai, se disputa el puesto con la aspirante Orna Barbivai, exministra de Economía y del partido de centro Yesh Atid. En Jerusalén se espera que el actual alcalde, Moshe Lion, del derechista Likud, revalide otro mandato de cinco años, aunque hay disputas sobre la composición del concejo municipal.
Entre la población árabe-israelí (descendientes de palestinos que cuentan con ciudadanía israelí) la participación suele ser mayor en las elecciones locales que en las legislativas. En Israel los municipios gestionan las instituciones educativas y sanitarias, la economía local, el transporte, las infraestructuras, la construcción y la cultura en sus ciudades. Sin embargo el poder político está altamente centralizado en el gobierno nacional, lo que significa que las decisiones de las autoridades locales están subordinadas a una fuerte regulación gubernamental.