El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, celebró las políticas del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, al abrir una escuela en Moreno en medio de la crisis social y económica, consecuencia de las medidas del gobierno de Javier Milei.

El editorial completo de Víctor Hugo Morales

Y mientras tanto, la tapa de Página12. Acindar en problemas, parando por 30 días. El título es muy bueno, lamentable además: Acero fundido. Jugando con lo que se hace con el acero.

Bueno, el acero en crisis. Acindar, en la tapa de Página. La siderúrgica para sus actividades.

Es la más grande del mundo y se queda en silencio de planta durante 30 días. No vende, no factura, entra en crisis.

La recesión avanza, así como la lava que baja por la montaña que abarca y destruye todo y Acindar no puede zafar de la coyuntura y, al mismo tiempo, esto que acabamos de escuchar: se inaugura una escuela.

La educación puede ser de acero cuando se la impulsa, aún en medio de la catástrofe económica. Aun en días en que a la provincia de Buenos Aires la roban, como ya se sabe.

Son modelos, conductas, que el riachuelo separa drásticamente, como pocas veces. De un lado, el acero en las disposiciones del gobierno nacional, tan maleable como es, se retuerce por la frustración, por lo menos, los trabajadores.

Y del otro, en la provincia, los gobernantes ponen en marcha una escuela. Mirá qué casualidad. Hace seis años, María Eugenia Vidal, justamente un 28 de febrero, cerraba 49 escuelas rurales. No quería más ese gasto. Las fundía como al acero.

Así que tomamos escuela y acero, dos palabras que certifican las ideas que luchan en el aire, como cuchillos de Borges, una vieja rivalidad de lo que esperan los unos y los otros del Estado.

Dar trabajo y educación, o que se aparte y solo sea testigo de la acumulación de ganancias de unos pocos.

Cien mil personas ya se quedaron sin trabajo en el mundo de la construcción. Milei termina con la obra pública y cien mil por ahora, pero muchos más en el futuro inmediato se quedan en su casa, con mate y preguntas. Tomando el matecito y cuestionando lo que el futuro les va a deparar.

Muchas dudas sobre lo que el futuro trae en ese aire todavía caliente del verano.

Así que tenemos la imagen: cientos de chicos cruzan el portal de una escuela y se corren los unos a los otros, juegan, hasta que suena una campana y hay que entrar a clase. Esa es una imagen que amamos.