El economista ecuatoriano Francisco Zalles visitó la Argentina para convencer al presidente Milei de que si quiere aplicar “la dolarización hoy mismo, podría hacerlo al tipo de cambio oficial sin ningún problema”. La misión de Zalle de promocionar una rápida dolarización se suma a la del magnate norteamericano Steve Forbes de semanas atrás, que en su carta abierta al presidente Milei le indicó que “si no dolariza inmediatamente la economía, no tendrá éxito”, apoyándose en un trabajo del economista ecuatoriano.
Para Zalles, la situación económica de Argentina permite la dolarización, ya que "hay 27 mil millones de dólares en reservas brutas y el stock de billetes en circulación en la economía representa menos de 8 mil millones”. Basándose en la experiencia ecuatoriana, el economista sostiene que no es necesario tener cobertura para los depósitos y otros activos de la población ya que su conversión no precisa dólares reales sino que “se realiza como un cambio en la unidad de cuenta, es decir, se hace literalmente de un plumazo”.
El lobby dolarizador de Zalle debe presentarse, como mínimo, como bastante arriesgado. En primer lugar, porque de los 27 mil millones de dólares de reservas, unos 12 mil millones corresponden a encajes de los bancos que garantizan los depósitos en dólares que los ahorristas mantienen en ellos y, por ende, no podrían ser utilizados para rescatar el dinero en circulación sin generar un pánico bancario inmediato. Los 15 mil millones restantes están bastante comprometidos por la política externa de Milei, ya que son un monto menor a los 18 mil millones que corresponde al swap de China. Al respecto, Zalles plantea que si China exige su devolución, la Argentina debería amenazar con no devolverlo. Una posición firme pero arriesgada.
Aún así, si se los usara para rescatar el circulante, las reservas brutas quedarían en 19 mil millones, de los cuáles unos 12 mil millones corresponden a los depósitos bancarios ya mencionados. Hay que tener en cuenta que la dolarización, si logra estabilizar los precios, aumentará la demanda de circulante, hoy reducido a los mínimos operativos para evitar su erosión por las subas de precios. Una estimación de mínima (basada en los valores históricos en tiempos de menor inflación) indica que la demanda de circulante podría duplicarse, es decir, sumar otros 8 mil millones, con lo que las reservas quedarían algo por debajo de la cobertura de depósitos.
La cuestión clave pasaría por la actitud de los ahorristas respecto a sus depósitos. La experiencia ecuatoriana que Zalles cuenta a medias, implicó no sólo una devaluación del 38 por ciento al momento de la dolarización (sumada a una devaluación previa del 100 por ciento de los meses anteriores). Sino que fue acompañada de una confiscación de plazos fijos que estaban en un corralito hace un año, a los que sólo se permitió retiros de hasta 4 mil dólares, dando por los montos restantes obligaciones negociables de los bancos a largo plazo (cuya cotización en el mercado implicaba fuertes pérdidas de capital).
@AndresAsiain