La ONU advirtió que un cuarto de los palestinos de la Franja de Gaza está al borde de la hambruna y que casi toda la población necesita alimentos urgentemente, lo que derivó en ataques contra camiones con ayuda y saqueos, en medio de nuevos ataques israelíes y con la cifra de muertos a punto de superar los 30.000 pese a gestiones en pos de una tregua.
Funcionarios de los organismos humanitarios y para la alimentación de Naciones Unidas indicaron que los 2,3 millones de habitantes de Gaza enfrentan niveles críticos de inseguridad alimentaria, y el orden público está colapsando, sobre todo en el norte, donde los alimentos y otros recursos humanitarios son muy escasos.
El subdirector ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Carl Skau, remarcó que si la situación no cambia, una hambruna es inminente en el norte de Gaza. También dijo que el PMA reanudó las entregas en esa zona por primera vez en tres semanas el 18 de febrero, y esperaba enviar 10 camiones por día durante siete días para atender las necesidades inmediatas de alimentos. Sin embargo, tanto el 18 como el 19 de febrero, los convoyes enfrentaron retrasos en los puestos de control, disparos y otros actos de violencia y saqueos de alimentos.
"La ruptura del orden civil, impulsada por pura desesperación, está impidiendo la distribución segura de la ayuda, y tenemos el deber de proteger a nuestro personal", argumentó Skau para justificar la suspensión de la entrega de los bienes de primera necesidad hasta que se den las condiciones para garantizar la seguridad de su personal.
El hambre infantil
Por más sombría que sea la situación actual, el coordinador humanitario de la ONU, Ramesh Ramasingham, explicó que hay muchas posibilidades de que se produzca un mayor deterioro. Según señaló, una cuarta parte de la población de Gaza, es decir unos 576.000 palestinos, están al borde de la hambruna, y que uno de cada seis niños menores de dos años residentes en el norte de Gaza sufre desnutrición aguda y emaciación, es decir, la forma más visible y letal de la desnutrición, con cuerpos demacrados.
Precisamente este miércoles seis niños murieron por deshidratación y desnutrición en el norte del enclave: cuatro en el hospital Kamal Adwana y dos en el Complejo Médico Al-Shifa, informó por medio de un comunicado el ministerio de Sanidad gazatí, que llamó a las instituciones internacionales "a tomar medidas inmediatas para prevenir una catástrofe humanitaria en el norte de la Franja", al alertar que en Kamal Adwana hay otros siete niños que se encuentran en grave peligro de muerte por las mismas razones que los seis fallecidos.
Ataques contra los hospitales
Tanto Kamal Adwana como el hospital Al-Awda anunciaron la suspensión total de sus servicios, informó la agencia oficial de noticias palestina WAFA. Estos hospitales se unieron así a una larga lista de centros médicos que ya no pueden hacer frente al gran número de heridos y enfermos que dejó la guerra, ya sea por la destrucción de sus instalaciones, por el corte de electricidad o agua potable, o la falta de suministros, personal y alimentos como en el caso de estos dos.
Bajo el argumento de que el grupo islamista Hamas utiliza infraestructuras civiles para realizar sus operaciones bélicas, el Ejército israelí atacó numerosos hospitales, incluido Al-Shifa, el más importante de toda la Franja y que ahora solo puede proveer servicios de emergencias. Las fuerzas israelíes irrumpieron en ese lugar poco después de iniciar su incursión terrestre en el enclave palestino, el año pasado, a pesar de que miles de heridos, enfermos, desplazados y personal médico se encontraban en su interior. En esa operación militar, las tropas hallaron túneles de Hamas cerca y por debajo del centro médico.
Según el último balance de la cartera de sanidad de Gaza, la cifra total de muertos subió a 29.954 --la mayoría mujeres y niños-- y a 70.325 los heridos, en el marco de la campaña de bombardeos de Israel contra la Franja, en represalia por el ataque terrorista de Hamas el pasado 7 de octubre que mató a alrededor de 1.200 personas y tomó 240 rehenes. "Varias víctimas siguen bajo los escombros y en las carreteras, y la ocupación impide que las ambulancias y los equipos de protección civil puedan llegar hasta ellas", denunció como cada día el Ministerio, que estima que todavía quedan unos 8.000 cuerpos bajo los escombros.