El médico del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este miércoles que el mandatario de 81 años se mantiene "en forma para cumplir sus funciones", tras realizarle el chequeo general anual.
"Sigue estando en forma para cumplir sus funciones y ejecuta plenamente todas sus responsabilidades, sin exenciones ni adaptaciones", dijo el médico de la Casa Blanca, Kevin O'Connor.
Biden, el presidente en ejercicio de más edad en la historia de Estados Unidos, anunció más temprano a periodistas al salir de la Casa Blanca que iba al hospital militar "Walter Reed a un chequeo médico", el último antes de las elecciones de noviembre, en las que el demócrata seguramente se postulará a la reelección.
En febrero de 2023, el médico O'Connor concluyó que Biden gozaba de "buena salud", era "vigoroso" y "apto" para desempeñar sus funciones, tras lo cual le extirpó una "pequeña" lesión cancerosa de la piel.
El Presidente intenta lograr un segundo mandato -para lo cual primero deberá ser confirmado como candidato demócrata y luego ganar la elección general-, que concluiría con 86 años. En los comicios de noviembre, podría enfrentar a su predecesor, el magnate republicano Donald Trump, de 77 años.
Entre imágenes de un presidente que baja las escaleras a los tropezones y comentarios confusos durante los discursos, la capacidad de Biden para gobernar hasta el final de un segundo mandato está suscitando dudas en el electorado estadounidense.
El mandatario logró ayer una fácil victoria en las primarias demócratas de Michigan, aunque sufrió un duro voto de protesta por su gestión de la guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas que encendió alarmas de cara a las generales de noviembre.
Las señales de advertencia se observan en los resultados de las primarias de Michigan tanto para Biden como para Trump. El Presidente no tuvo rivales en la primaria demócrata y Trump declaró su victoria anticipada en una votación republicana a dos tiempos que concluirá el fin de semana.
Trump y la Justicia
Mientras, la Corte Suprema acordó aceptar una apelación para decidir si Donald Trump puede ser procesado respecto de si interfirió en las elecciones de 2020. El alto tribunal agendó fechas para un fallo rápido cuando está pendiente un juicio de Trump para tratar de anular la derrota de hace cuatro años.
Los jueces escucharán los argumentos a fines de abril y la decisíón sería antes de que termine junio. Para entonces, faltarán semanas para el inicio de la Convención Nacional Republicana, que ungiría a Trump como candidato presidencial por tercera vez consecutiva.
De este modo, la Corte se convertirá en un actor político capaz de influir en el juicio por obstrucción electoral. Hasta ahora, los jueces habían permitido la solicitud de aplazamiento. La resolución a la cuestión de fondo determinaría si Trump va a juicio, lo cual cambiaría el mapa electoral.
El 6 de febrero pasado, un tribunal federal de apelaciones había desestimado la inmunidad de Trump, lo cual reabrió el camino para que se juzgue al multimillonario en Washington por su supuesto intento por alterar los resultados de las elecciones de 2020, que ganó Biden y en las que Trump denunció fraude.
Los jueces no estaban “expresando una opinión sobre el fondo” del caso, según la resolución de estas horas, y considerarían y considerarían la cuestión de si un expresidente tiene “inmunidad de procesamiento penal por conducta que supuestamente involucra actos oficiales”.
Desde que dejó la Casa Blanca, Trump acumuló cuatro cargos que presentó el fiscal especial Jack Smih: un plan para anular los comocios de 2020, en los que denunció fraude; consiprar contra Estados Unidos; impedir que el Congreso certifique los resultados recogidos en las urnas; y conspirar contra el derecho al voto y tratar de obstruir la certificación de las actas. En el corazón de esas acusaciones está toma del Capitolio, el 6 de enero de 2021.
El magnate republicano solicitó al máximo tribuna que dejara en suspenso el fallo de la corte de apelaciones y le diera tiempo para una nueva audiencia. De hecho, sus abogados sostienen que no debería ser apartado de la carrera electoral.