"El Estado hoy, más importante que nunca, está llamado a ejercer un papel central de redistribución y justicia social. Las normas, queridos jueces, ya han sido dictadas. Rigen. El problema es su vigencia efectiva, su concreción. Ahí empieza vuestro papel", sostuvo el Papa Francisco, en un llamado a comprender la importancia de la justicia social, formalmente destinado a juristas argentinos y latinoamericanos reunidos en Buenos Aires -junto con muchos otros conectados en forma virtual-, en la inauguración de la nueva sede del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (Copaju). A través de un video enviado especialmente, el Papa cuestionó los modelos "deshumanizantes y violentos". Aunque no pronunció su nombre, se escuchó como un mensaje dirigido al presidente Javier Milei: “No alcanza con la legitimidad de origen, el ejercicio debe también ser legítimo", sentenció. Desde el Gobierno salieron a responderle y cuestionaron la idea de "justicia social".
“Hermanas y hermanos, les pido firmeza y decisión frente a los modelos deshumanizantes y violentos porque la paz es una construcción de todos los días”, sostuvo Francisco al concluir su primer mensaje público luego del encuentro con Milei en Roma. Sus palabras llegaron desde la pantalla electrónica ubicada en la planta baja de la nueva sede del Copaju -Avenida Ing. Huergo 1189-, donde funcionará también el Instituto para la investigación y promoción de los Derechos Sociales “Fray Bartolomé de las Casas”. Antes, Francisco había enunciado: “Todos los que ejercen un poder público tienen que tener presente que no alcanza con la legitimidad de origen, no. El ejercicio debe también ser legítimo”. Y cuestionó: “¿Qué legitimación puede tener el poder si se aleja de la construcción de sociedades justas y dignas?”
En la sede del Copaju, escuchaban las palabras del Papa el titular del organismo, Andrés Gallardo, y Eugenio Zaffaroni, presidente del Instituto Fray Bartolomé de las Casas. Francisco insistió en la importancia del Estado en una época de "intensa injusticia". Su mensaje buscó abrir preguntas y llegar a los representantes de distintos juzgados y defensorías del país y de la región. Junto a ellos, referentes políticos y sindicales confirmaban la existencia de un sistema político y una administración de justicia que en la Argentina defienden lo plural y son críticos ante el modelo del actual gobierno nacional.
“La misión de los operadores judiciales, abogados, jueces, fiscales, defensores es crucial. El Poder Judicial es el último recurso disponible en el Estado para remediar las vulneraciones de derechos y preservar el equilibrio institucional y social”, sostuvo Francisco. “No hay futuro, no hay desarrollo, no hay justicia ni democracia en un mundo donde millones de niños comen diariamente solo los deshechos de aquellos que sí consumen”, describió.
Los derechos sociales no son gratuitos, puntualizó. Y añadió: “La riqueza para sostenerlos está disponible, pero requiere de decisiones políticas adecuadas, racionales, equitativas”, les dijo a los presentes y por extensión a todos “los obreros de la paz” que trabajan para que esto sea posible. Dado que “falsas deidades” nos conducen “a la deshumanización y a la destrucción del planeta”, Francisco ofreció “la palabra de Jesús, que fundamenta la doctrina social de la Iglesia, y es siempre un sendero seguro y luminoso”.
La respuesta del Gobierno
La respuesta del Gobierno al Papa llegó a través del vocero presidencial, Manuel Adorni, quien relativizó la idea “justicia social” transformado su esencia reparadora por una simplista ecuación binaria: "El Presidente ha dicho más de una vez que sacar compulsivamente a unos para darles a otros ha llevado a lo que vivimos hoy, que tenemos un 50 por ciento de pobres".
Aunque dijo que en el Gobierno "escuchan y respetan" a Francisco, remarcó que las suyas "pueden ser frases muy lindas al oído pero no han provocado otra cosa que la vuelta al esquema inflacionario. La gente no quiere eso, lo demostró en las urnas".
El ser y el deber ser
Después del mensaje del Papa, representantes del Copaju de Brasil, Chile y Paraguay sumaron su voz a la presentación del Comité. Y fue Zaffaroni quien advirtió “la enorme responsabilidad” que significa esta propuesta. “Es una tarea difícil pero Francisco nos da una ruta, nos dice avancemos por el camino Lascasiano”. El pensamiento de Bartolomé de las Casas “pionero de lo que hoy llamamos derechos humanos”, sentó las bases para las ideas y la acción contra “el crimen del colonialismo y del esclavismo”, se explayó. Y llamo a trabajar “por la construcción de lo jurídico, sin incurrir en el desprecio de la norma ni en la ceguera ante lo real”.
“Hoy en nuestra América, en la normativa no nos falta casi nada, pero el ser se distancia del deber ser”, lamentó Zaffaroni, para iluminar luego la lucha por los derechos asociada a la historia de “nuestros pueblos” nativos: “Cinco siglos de resistencia, medio milenio de luchas por los derechos”, reivindicó.
Previamente, el juez Gallardo había explicado que la nueva sede abre sus puertas “con vocación plural, diversa y de unidad”. En la certeza de que “no hay convivencia democrática con hambre, ni justicia con inequidad”, sostuvo. Propuso volver sobre el legado de Francisco “que enseña la importancia de la justicia frente a prácticas degradantes”. Y concluyó: “Somos el freno para la insensatez y la intolerancia”. Desde cada tribunal, dijo, desde cada fuero “pueden emanar mensajes que neutralicen a los procesos destructivos y deshumanizantes”.
Entre quienes se acercaron a dar su apoyo al Comité se veían juristas de la Nación y de la Ciudad, representantes de la iglesia como Gustavo Carrara, vicario del Arzobispado de CABA, o el padre Carlos Accaputo, presidente de esa Pastoral Social. Los diputados Vanesa Siley, Omar Palazzo y Hugo Yasky. Héctor Daer, por la CGT; Julio Piumato por los trabajadores judiciales; Alberto Pianelli del Sindicato de Trabajadores de Subte; Aníbal Torreta por los empleados de CABA. También estuvieron Juan Grabois, del Frente Patria Grande; Alicia Castro, ex embajadora en Venezuela e Inglaterra, y referentes académicos como Ana Arias, decana de Ciencias Sociales (UBA); y rectores de universidades nacionales como Darío Kusinky (José C. Paz), Jorge Calzoni (Avellaneda), Carlos Greco (San Martín) y Daniel Bozzani (Lanús).