La Bicameral de Trámite Legislativo ha pasado a convertirse en un refugio para la dilación. Este jueves volverá a reunirse la comisión encargada de tratar el mega DNU de Javier Milei, pero la expectativa de que se logre avanzar en algo más que la definición de un cronograma de trabajo es nula. Los ojos están puesto en el Senado, en donde La Libertad Avanza observa que la batalla está prácticamente perdida. Pero antes de llegar a esa instancia, el oficialismo continúa apostando a diluir y alargar el debate en la Bicameral. Es una estrategia que sirve a varios intereses, no solo los de LLA: el radicalismo y Hacemos Coalición Federal (HCF) aún se rompen la cabeza intentando diseñar alguna maniobra que les permita evitar el rechazo o la aprobación total.

Tiempo. Eso es lo que necesita tanto La Libertad Avanza como la oposición más amigable. El derrumbe del proyecto de ley ómnibus convirtió al mega DNU --que deroga decenas de leyes, como la Ley de Tierras o la de Alquileres-- en el último bastión de defensa del mileísmo. Y el radicalismo y HCF, el bloque que comanda Miguel Ángel Pichetto, no quiere arriesgarse a rechazar de cuajo el decreto presidencial y aparecer votando "igual que el kirchnerismo". La mayoría coincide en que el DNU es inconstitucional y que no puede sostenerse así como está, pero que hay artículos --como la reforma laboral-- que merecen la pena ser "rescatados". El desafío está en encontrar algún mecanismo o pirueta jurídica que les permita sortear el "todo o nada" al que lo llevan tanto Milei como Unión por la Patria: el primero porque no quiere ceder nada, los segundos porque quieren ir por el rechazo total del DNU.

Las estrategias que se ensayan son varias. Una es insistir en tratar el DNU como si fuera un proyecto de ley, de modo de poder eliminar y modificar algunos artículos. Ya hay varias leyes espejo al DNU presentadas en el Congreso --la mayoría por la UCR-- y algunos sectores de la oposición no peronista insisten en que la mejor alternativa es debatir estos proyectos en el recinto en paralelo a la vigencia del DNU, de modo de que no haya un efecto suspensivo del decreto (que ya está rigiendo). "Hay que reemplazar, no rechazar", sostiene uno de los dirigentes que había sido duramente atacado en las redes sociales por Milei y sus seguidores luego de la caída del proyecto de ley ómnibus. 

Otra de las estrategias, impulsada por Rodrigo de Loredo y un sector de la UCR, es plantear que se puede tratar el DNU en la Bicameral por capítulos. La Ley que regula los DNU lo prohíbe expresamente, pero algunos diputados insisten en que se puede forzar una interpretación jurídica que sostenga lo contrario. Otros, mientras tanto, proponen modificar la ley 26.122 que los regula de forma de habilitar su aprobación parcial. 

Son todas propuestas preliminares que no terminan de cerrar en ninguna bancada porque ninguno de los bloques todavía han podido unificar postura sobe qué hacer con el DNU. El caso más paradigmático es el del radicalismo, que en el Senado amenaza con votar en contra del DNU --al menos una parte del bloque--, mientras que en Diputados no terminan de definir cómo encarar el tema. "Piensan que el DNU es lo mismo que la ley ómnibus, no revisaron ni un poco lo que pasó. No podemos seguir con la lógica de 'ayudame a ayudarte', eso es darle la razón a Milei cuando nos llama ratas", cuestionó un dirigente del radicalismo que pugna por el rechazo del DNU. En la Cámara de Diputados los radicales que van por el rechazo total son una minoría, la mayoría están alineados detrás de Facundo Manes, pero confían en que el número irá creciendo a medida que pase el tiempo y los insultos del presidente continúen.

Frente a la situación de indecisión generalizada, a LLA y los bloques opositores dialoguistas piden tiempo. Es por ello que el debate en la Comisión Bicameral viene como anillo al dedo: es un espacio donde dialogar con el oficialismo, que hasta ahora no ha dado muestras de querer acercarse a negociar. Esta falta de diálogo se vio plasmada la semana pasada, cuando la Bicameral se reunió por primera vez: sin acuerdo político previo, la designación de las autoridades quedó trunca. Solo se logró designar al presidente de la comisión, el riojano Juan Carlos Pagotto, cuya designación fue impugnada por organismos de derechos humanos por haber defendido a funcionarios judiciales acusados por delitos de lesa humanidad.

La vicepresidencia y la secretaría, mientras tanto, quedaron vacantes. Nicolás Massot y los dos integrantes radicales - el diputado Francisco Monti y el senador Víctor Zimmermann - terciaron para que Unión por la Patria ocupara uno de las autoridades y, como no hubo acuerdo, se terminó pateando la definición para la próxima reunión. Estas vacantes serán una de las primeras tareas a cubrir el jueves a las 14.

Luego se discutirá una nota enviada por Zimmermann reclamando la presencia del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el ministro de Economía, Luis Caputo, el secretario de Trabajo, Omar Yasin, entre otros funcionarios nacionales, para que defiendan el DNU. La oposición viene reclamando la presencia de los funcionarios hace tiempo y confían que LLA terminará aceptando que algunos vayan. "Son todas maniobras dilatorias", se quejan, en cambio, desde las filas de UxP.

El objetivo de la reunión de comisión será ordenar una agenda de trabajo para todos los DNU vigentes. En total, son más de 100 decretos que quedaron del gobierno de Alberto Fernández y Mauricio Macri y que LLA pretende tratar primero para demorar el debate en torno al DNU 70/2023. La estrategia es clara: ganar tiempo a como de lugar y prepararse para cuando el debate llegue a la Cámara de Diputados, sabedores de que la pelea en el Senado está destinada al fracaso.