"Iván... un hijo de puta. Eso soy". Así se presentó el sindicado autor del doble femicidio de barrio Acindar, cuando el juez Héctor Núñez Cartelle le preguntó su nombre. Iván Lucas Furiasse terminó con la vida de su esposa y su pequeña hija, con un cuchillo que dejó en la bacha de la cocina. Luego deambuló por toda la casa, donde fue dejando marcas de sangre. El relato del fiscal Florentino Malaponte estremeció cuando reveló las partes del cuerpo atacadas: torax, ojos, oídos y el resto del rostro de la mujer y la niña. Los cortes eran incontables. "Aún no se pudo determinar la cantidad", dijo el fiscal. Fusiasse no fue imputado, ya que se espera saber si podrá comprender la acusación, ante los antecedentes psiquiátricos que lo tuvieron internado en el Instituto Philippe Pinel hasta febrero pasado. Durante el año, también hubo varios llamados al servicio de emergencias para su atención psiquiátrica. Es que, al parecer, no cumplía con el tratamiento ambulatorio. Según un informe policial, dijo que se iba a matar y que es "el anticristo".
Tras un acuerdo de las partes, el juez ordenó la internación del acusado en la Colonia Psiquiátrica de Oliveros, aislado y custodiado, hasta que se realicen los exámenes necesarios que indiquen si podrá enfrentar el proceso penal. "El cuadro es incierto", dijo el magistrado.
Con la voz baja, y sin levantar la vista del escritorio, Furiasse dijo su nombre de pila, y cuando se esperaba que dijera su apellido, lanzó la autocalificación. El defensor público Diego Villar le corrió el micrófono porque entendió que no era momento de una declaración.
A 24 horas del hallazgo de los cuerpos de Fernanda Laconca (con quien se casó en 2013) y la hija de ambos, Camila, en el living de la casa de Villarino al 3700, el acusado llegó esposado al Tribunal, con una mano vendada y vestido con short y chomba celeste. En la audiencia no hubo familiares, quienes permanecen en estado de shock por el brutal hecho. Tampoco se hizo referencia a antecedentes de violencia del atacante contra su esposa, ya que la audiencia se centró en el estado de capacidad de comprensión del acusado.
Aunque el fiscal no hizo imputación, relató el caso; y aclaró: "No hay dudas de que es el autor del hecho". Malaponte estimó que el doble crimen se perpetró durante las primeras horas del martes. "Iván dio muerte con múltiples cortes a su esposa y a su hija (de dos años) dentro del domicilio. El hecho se constató a las 12, pero creemos que fue más temprano. El padre del imputado fue el primero en llegar, luego de la advertencia de un conocido que fue a la casa porque ninguno se presentó al trabajo, golpeó la puerta y recibió una respuesta desde adentro: 'No te voy a abrir', gritó el acusado. Al entrar, la policía se encontró con él en el living (en calzoncillos), al lado de los cuerpos". Las manchas de sangre "estaban en todas las habitaciones", por lo que los investigadores creen que el acusado caminó por la casa, tras cometer el hecho. En una de las piezas se encontró un pantalón ensangrentado. "Se sacó la ropa con la que actuó", dijo el fiscal.
Además, mencionó dos informes médicos que dejan dudas sobre si el sindicado es capaz de comprender la imputación. El perteneciente a Medicina Legal señala que Furiasse "no se acuerda" de lo que hizo, pero que "tiene períodos de lucidez". También indica que el sindicado mencionó haber hecho tratamiento psiquiátrico, pero que el mismo estaba "suspendido". El informe del Agudo Avila indica que estaba "lúcido, orientado y vigil".
Ayer, el joven de 34 años y empleado de la General Motors no quería hablar y gran parte de la audiencia estuvo con la cara entre los brazos, apoyados sobre el escritorio. En un momento de la audiencia intentó pararse de la silla e irse, pero los dos agentes de custodia lo sentaron haciendo fuerza sobre sus hombros, por lo que pidió "perdón".
Malaponte reveló que en la vivienda se secuestraron elementos de utilidad, como certificados de alta médica de profesionales del Philippe Pinel, donde el acusado estuvo internado hasta el 22 de febrero pasado. Primero fue un alta sin permiso laboral; pero otra certificación avala la habilitación para que trabaje. Ambos indican la continuación de un tratamiento con medicamentos. En la vivienda también se halló una libreta con "anotaciones sin sentido" que deberán ser analizadas. Malaponte también recibió información de la obra social del acusado, en la que se constató que durante el año hubo varios llamados para asistencia psiquiátrica al domicilio de la familia, que alquilaba la casa hacía dos años.