El misterio por el crimen de Roberto Eduardo Wolfenson, el ingeniero electrónico jubilado de 71 años asesinado en un country de Pilar, y aún no se sabe quién lo mató ni por qué. Este jueves, el abogado de la familia de la víctima cuestionó la actuación del primer médico policial que opinó que se trataba de un infarto, ya que ese dictamen médico hizo que no se preservara la escena del crimen. 

Nadie que ve esa escena pensaría que esa muerte se produjo por un infarto. Vi las fotos, no soy médico, pero está claro que por la gran cantidad de sangre y las lesiones que se observan, por lo menos tendría que haber dictaminado una muerte dudosa”, dijo a Télam el abogado Tomás Farini Duggan, que representa a los hijos de la víctima.

Agregó que “se puede entender que haya pensado que sufrió un infarto se cayó y se golpeó y que eso provocara una pérdida de sangre, pero no en las cantidades que se vieron”. Y que “no hay en toda la casa nada desordenado, ni manchas de sangre, ni signos de pelea, cuando este crimen solo pudo cometerse con una escena que sea compatible con una lucha”. 

En ese contexto, pidió que se investigue si el dictamen médico fue "por impericia o por otra cosa". "Necesitamos de él una explicación más clara”, dijo, y se preguntó “quién fue la persona que le dijo al médico legista que Wolfenson tenían antecedentes cardíacos, ya que sólo había tenido una arritmia y estaba controlado”.


El crimen y lo que se sabe hasta ahora

El caso recuerda a otro crimen resonante ocurrido en un country de Pilar, como fue el de María Marta García Belsunce, del que pasaron más de 20 años y aún no se sabe quién mató a la socióloga en su casa de el barrio cerrado El Carmel.

Wolfenson vivía con su esposa, quien se había ido de viaje con amigas y al regresar se fue a lo de una de sus hijas, en Villa Devoto. Según declaró ante el fiscal Germán Camafreita, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de Pilar, hablaron por última vez el miércoles 21 y al día siguiente tuvieron el último contacto vía WhatsApp.

Según los registros de la línea de teléfono de la víctima, la última vez que el celular estuvo en línea en esa aplicación fue el viernes 23 cerca de las 14, tres horas antes de que fuera hallado muerto cuando no contestó al llamado de su profesor de piano, con quien tenía clase las 17.

La autopsia develó que Wolfenson murió asfixiado por una maniobra de “estrangulamiento a lazo” y que presentaba lesiones de defensa. El robo no es la principal hipótesis del caso, ya que sólo se llevaron el celular del ingeniero y no faltaba nada de valor en la caja fuerte y no había signos de violencia en los accesos a la casa.

Un elemento de investigación es una sábana que encontraron lavada en el lavarropas, que la empleada doméstica aseguró que no manipuló. La mujer declaró que el jueves, un día antes del hallazgo del cuerpo, Wolfenson Band le pidió que limpiara la casa porque iba a recibir visitas”. También analizan las cuentas bancarias, para detectar algún movimiento sospechoso. 

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