El gobierno nacional interrumpió el envío de fondos a las cooperativas del Agua+Trabajo, Cloacas+Trabajo y Conectarte -este último financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo-, todos programas dependientes de AySA. Por esta razón, muchos de los trabajadores de las obras de los barrios del conurbano no cobran sus sueldos, en algunos casos desde diciembre. Este jueves se movilizaron a Aysa; mientras el grueso de la gente permanecía en la calle, un funcionario recibió a una delegación. La expectativa era que se destrabaran los pagos, pero les dijeron que volvieran en 15 días. Tampoco les garantizaron que vayan a mantener la continuidad laboral: sus puestos de trabajo están en peligro.
Al mismo tiempo de esa protesta, a diez cuadras de distancia, en la puerta del Palacio de Hacienda, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular hizo una masiva concentración. Sus reclamos eran más amplios: por el restablecimiento de los envíos de alimentos a los comedores y merenderos y contra el desfinanciamiento de las obras de integración sociourbana en los barrios populares. Sin embargo, las razones del conflicto eran las mismas.
Sobre las escalinatas de Economía, cuadrillas de albañiles vestidos con su ropa de trabajo, con los típicos cascos amarillos de la construcción, le dedicaron cantitos al ministro Luis Caputo.
En la manifestación hubo también trabajadoras sociocomunitarias -cocineras, promotoras de salud y de género, y de centros para la prevención de consumos problemáticos-. Como sólo se ve en las épocas de cambios inesperados, había una gran cantidad de carteles escritos a mano, que ayudan a entender la agenda de estas protestas: “Basta de ajustes”; “No al desacople al salario mínimo (del Potenciar Trabajo); “No recorten las obras de urbanización”; “La obra pública dignifica”.
Malas noticias
El ministerio de Capital Humano anunció esta semana que el programa social de mayor alcance en cantidad de beneficiarios -el Potenciar Trabajo- será reemplazado por dos programas nuevos (Volver al Trabajo, de capacitación para el empleo, y Acompañamiento Social, para madres de cuatro hijos y personas consideradas ‘inempleables’). El anuncio oficial, en un comunicado distribuido por la ministra de Capital Humano, Sandra Petovello, se enfocó en la idea de que las organizaciones sociales “recibieron millones” pero fueron “incapaces” de “promover la generación de empleo” o “generar verdaderas oportunidades de desarrollo”.
Por otra parte, un decreto presidencial redujo el financiamiento de las obras de urbanización de los barrios populares -que del 9 por ciento del impuesto a la compra del dólar PAIS pasará a recibir sólo el 0,3 por ciento- y todo indica que ahora hará algo similar con las cooperativas de trabajo que conveniaban con AySA para instalar cloacas y agua potable en asentamientos del conurbano.
En síntesis, el gobierno va ajustando todos los presupuestos destinados a generar trabajo en la economía popular. Eso no sólo interrumpe las obras de mejoramiento de los barrios postergados, sino que deja sin ingresos a miles de trabajadores de las franjas más pobres de la población.
En el caso de AYSA, el Estado nacional financiaba el 70 por ciento de las obras de conexión de agua potable y cloacas hechas por cooperativas. Al igual que en el caso de la urbanización de los barrios, las obras se van pagando por tramo ejecutado. “No sólo suspendieron el envío de fondos de la Nación, sino también los de organismos internacionales para el programa ConectarT. Eso nos sorprendió, nos parece una incongruencia”, planteó César Montiel, integrante de una de las cooperativas afectadas en el sur del conurbano.
El Frente Popular Darío Santillán, el Frente de Organizaciones en Lucha y la Corriente Clasista y Combativa fueron algunos de los presentes, entre los que había además grupos no vinculados a los movimientos sociales.
Daniel Ripetta estuvo entre los delegados que participaron de la reunión y tuvo que encargarse, a la salida, de anunciar que no habían tenido una respuesta positiva. La decepción fue visible; como primera respuesta, los cooperativistas quedaron en recorrer las obras y volver, siendo más, la semana que viene.
Tierra, techo y trabajo
“La de hoy es una jornada de lucha por Tierra, Techo y Trabajo. Estamos haciendo eje en las graves consecuencias que traerá desfinanciar a las obras de urbanización de los barrios populares”, explicó en la puerta del ministerio de Economía el titular de la UTEP, Alejandro Gramajo. La manifestación ocupó toda la cuadra, y por la cantidad de gente reunida a la policía le costó mantener abierto el tránsito. Con todo, no reprimió como venía haciendo en las movidas anteriores.
Gramajo consideró que en el gobierno reina “un desconocimiento importante de las obras de urbanización que se venían haciendo” y su impacto.
Un tema aparte es el Potenciar Trabajo y la vieja discusión sobre los planes sociales. No hay gobierno que no anuncie un nuevo programa de capacitación laboral con la promesa de convertir planes en empleo. También la ministra Pettovello hizo, esta semana, un anuncio en esa dirección. Las organizaciones sociales replican que la pobreza “no es un problema generado por la gente, por no estar capacitada, sino por un modelo económico que excluye”.
Eduardo Montes (Fetraes) señaló que hay un hilo en los recortes de estos presupuestos. "Te dejo sin obras, con lo que falta el trabajo, te dejo sin alimentos y después te saco el Potenciar: rompo todo lo que está organizado". Para el referente en esta lógica "lamentablemente se pueden adivinar las etapas para las que tenemos que prepararnos, la persecución de los movimientos, su criminalización, y la represión a la protesta social".