Unos 5 de cada 10 embarazos en la Argentina son no intencionales, expuso el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), como no lo son 121 millones de embarazos en todo el mundo. En el país, 43.210 adolescentes de entre 15 y 19 años tuvieron un hijx en 2022, y si bien la tasa de fecundidad adolescente se redujo en un 60% en la última década, todavía se mantiene alta en algunas provincias.

“El embarazo no intencional en la adolescencia es una vulneración de derechos que limita la libertad y autonomía de los y las adolescentes, principalmente de las mujeres”, dijo Mariana Isasi, jefa de Oficina de UNFPA Argentina. Subrayó la importancia de fortalecer las políticas públicas, el acceso a la información, los servicios de salud sexual y reproductiva, las opciones de métodos anticonceptivos y las capacitaciones al personal de los servicios de salud, para el asesoramiento y la atención integral.

Las tasas locales de fecundidad adolescente están asociadas a mayores índices de abandono escolar: solo un 38% termina el secundario, 3% accede a la educación terciaria y 1% va a la universidad. Desde el enfoque de la economía, el impacto del embarazo en la adolescencia es determinante en la variación de la trayectoria de vida de aquellas personas que tuvieron hijxs en edades tempranas, respecto de aquellas que pudieron postergar esa situación. Uno de los últimos informes de "Políticas para Prevención del Embarazo Adolescente Basadas en Evidencias", del ex Ministerio de Salud de la Nación, confirma que en 2020 fueron madres 53.000 adolescentes, pero "7 de cada 10 embarazos siguen sin ser deseados ni planificados".