Preocupada ante una eventual derrota en el Senado, La Libertad Avanza está abocada a dilatar el tratamiento del mega DNU de Javier Milei y confinarlo al escenario de la Bicameral de Trámite Legislativo. Fue allí que el oficialismo finalmente aceptó, este jueves, que se citase a Nicolás Posse, Luis Caputo y otros funcionarios nacionales para que comparecieran a dar explicaciones sobre el decreto 70/2023. Había sido un reclamo del radicalismo y que el oficialismo adoptó como propio, buscando así aplazar el momento que el decreto llegue al recinto, donde LLA observa que hay una mayoría consolidada por el rechazo. Es cuestión de días: oficialistas y opositores coinciden en que la batalla se dirimirá en un par de semanas en el recinto y que el juego en la Bicameral es transitorio, un paréntesis hasta que llegue el día de la votación en la Cámara alta y el debate pase, ahí sí, al indescifrable escenario de la Cámara de Diputados.
La reunión en la Bicameral había sido convocada a las 14 con la excusa de terminar de definir las autoridades y un esquema de trabajo. Se resolvió que Hernán Lombardi (PRO) sea el vice presidente y Víctor Zimmermann el secretario, dejando de lado a Unión por la Patria que cuenta con la primera minoría en ambas cámaras. Hubo una propuesta para que el peronismo se quede con la Secretaría -el propio Zimmermann les cedió su lugar- pero UxP lo rechazó. "Nosotros denunciamos la no representatividad y proporcionalidad en la integración de esta comisión, por lo tanto no vamos a convalidar esta composición", explicó la senadora Anabel Fernández Sagasti que, como todes en UxP, denuncia que les "robaron" un diputado y un senador.
A la hora de definir el cronograma de trabajo y la solicitud realizada por el radicalismo de citar a funcionarios nacionales, sin embargo, comenzaron las discusiones. "Ya escuchamos cómo todos los constitucionalistas más importantes del país se manifestaron en contra del DNU. Ya está todo dicho, acá lo que falta es que Victoria Villarruel convoque una sesión y tratarlo en el recinto", espetó Carolina Gaillard. En la misma línea, Germán Martínez, titular de UxP en Diputados, denunció que LLA estaba "administrando el tiempo" de modo de evitar llevar la discusión al recinto: "Creen que la estrategia de dilación va a permitir algún golpe de magia y darle la oportunidad al presidente de blindar este DNU", acusó.
Lo que UxP denunciaba como una obligación constitucional -discutir el DNU en el recinto-, la oposición amigable lo caracteriza como un hecho inevitable. "Esto ya está. El DNU se cae en dos semanas. Ya está arreglado (con Villarruel) para convocar", deslizaba un legislador radical mientras José Mayans cuestionaba con dureza al presidente. "Milei mañana se levanta mal, se pelea con el perro y deroga la Constitución", denunciaba el formoseño titular de UxP en el Senado, entre algunas risas. A su alrededor, dirigentes de UxP hacían cuentas y aseguraban que, de convocarse a una sesión en dos semanas, habría unos 50 votos en contra del DNU. Sería una derrota fulminante, pero para ello primero deben conseguir el quórum de 37 senadores y eso depende de la voluntad de los gobernadores (quienes, pese a los insultos y humillaciones presidenciales, continúan negociando por recursos).
Se produjo, entonces, un fenómeno curioso: legisladores peleando sobre qué funcionarios tenían que asistir a la Bicameral mientras que, en paralelo, reconocían por lo bajo que la discusión quedaría abstracta cuando el DNU sea rechazado (o se apruebe) en el Senado. El encargado de explicitar esta situación fue Nicolás Massot. "Evidentemente hay una voluntad mayoritaria en el Senado para tratar y rechazar el DNU", advirtió el diputado de Hacemos Coalición Federal, el bloque de Miguel Angel Pichetto, apenas tomó la palabra, y pasó a proponer alternativas para evitar el derrumbe "inminente" del DNU. Una de esas alternativas es reemplazar el DNU por una ley espejo que permita modificar algunos artículos (ya que la ley 26.122, que regula los DNU, estipula que los decretos solo se pueden aprobar o rechazar en su totalidad): "Me cuesta mucho aprobar este DNU. Pero tampoco quiero el rechazo porque rechazar esto sin antes reemplazarlo por una ley sería brindar un mensaje contradictorio", adelantó.
Massot se adelantó así a lo que será el foco del debate del DNU: la discusión en la Cámara de Diputados. En la Cámara baja no existe aún una mayoría por el rechazo tan clara como en el Senado, sino que el número es bien finito, pero la oposición amigable le advierte a Milei que, de no habilitar modificaciones, el DNU podría terminar teniendo el mismo futuro que la Ley Ómnibus. De momento, la estrategia de HCF es insistir en el tratamiento de una ley espejo: para ello necesitan que se termine de conformar las comisiones que faltan -otra estrategia dilatoria de LLA- y por eso la bancada está planeando emplazarlas en la próxima sesión. Es decir: conseguir una mayoría para forzar al oficialismo a que las convoque.
Formalmente, sin embargo, la reunión de comisión terminó con una promesa del oficialismo: la semana que viene se convocaría a los funcionarios nacionales. Se había reclamado la presencia de hombres como Omar Yasín (Trabajo), Fernando Vilella (Agricultura) o Mario Russo (Salud), así como también la de Caputo y Posse. Sobre la presencia de los dos últimos, sin embargo, nadie en la oposición guardaba grandes expectativas.