Sin mayores sorpresas, Xi Jinping obtuvo ayer un nuevo mandato al frente del Partido Comunista chino (PCCh), y por lo tanto, de China. A sus 64 años, consolidó y ratificó con eficacia la autoridad que ejerce desde su llegada al poder a fines de 2012. En un breve acto en el Salón Oriental del Gran Palacio del Pueblo en Beijing, el presidente chino presentó a los nuevos líderes del PCCh con quienes gobernará durante el próximo lustro: se trata de un grupo en el que predominan hombres muy cercanos al mandatario, aunque entre ellos ninguno suena fuerte como posible sucesor y renovador del poder en el gigante asiático a partir de 2022, cuando se celebre un nuevo Congreso partidario.
Sólo Xi y el primer ministro, Li Keqiang, se mantienen con respecto al anterior liderazgo, mientras que las cinco caras nuevas en la cúpula ya habían sido anticipadas el pasado fin de semana por la prensa de Hong Kong, por lo que la sorpresa fue relativa. Xi y los otros seis miembros del renovado Comité Permanente del Politburó, la cúspide del poder en China, aparecieron tras un biombo decorado con garzas y posaron ante cientos de periodistas. Son, por orden de jerarquía tras Xi y Li, Li Zhanshu (director de la Oficina General del PCCh y secretario personal de Xi), Wang Yang (viceprimer ministro), Wang Huning (histórico ideólogo del Partido), Zhao Leji (desde ayer también el responsable de la lucha anticorrupción) y Han Zheng (jefe del Partido en Shanghái) (ver aparte).
Xi entró al Salón Oriental del Gran Palacio del Pueblo en Beijing en el mediodía chino, seguido por el nuevo Comité, elegido en las últimas horas en el 19vo. Congreso Nacional del Partido Comunista, que concluyó anteayer luego de una semana de debates, sesiones que transcurrieron mayormente a puertas cerradas.
Una hora antes, un torbellino de periodistas se agolpaba en la puerta de la sala. Todos querían conocer la renovación de la cúpula del poder. Más de 500 trabajadores de medios de todo el mundo con acceso restricto esperaban la noticia y Xi, con su característica parsimonia, los presentó uno a uno y agradeció el voto de confianza a su liderazgo.
La ceremonia de presentación del Comité Permanente siguió los estrictos rituales del régimen, establecidos desde hace medio siglo. Los seis líderes que acompañaron a Xi en la cúpula posaron de pie, inalterables, ante la prensa, con un enorme cuadro de la Muralla China a sus espaldas, mientras el presidente dio un breve discurso junto a una bandera roja con el símbolo de la hoz y el martillo en el que anunció los objetivos de la formación para los cinco años próximos. “Trabajaremos diligentemente para cumplir nuestras obligaciones y misiones, y ser dignos de este trabajo”, señaló Xi, al subrayar que tras décadas de dura labor el PCCh se encuentra en un momento crucial de su historia. Luego anunció: “Actuaremos en la nueva visión para el desarrollo, y lucharemos por un crecimiento económico sostenido y saludable que beneficie al pueblo chino y a todo el mundo”.
El presidente, quien ayer también fue reelegido, como se esperaba, secretario general del Partido y jefe de la Comisión Militar Central, subrayó que el próximo lustro tiene importantes fechas históricas que suponen nuevos retos. En concreto, en 2018 China celebrará 40 años de la política de reforma que desmontó el maoísmo, lanzada por Deng Xiaoping; en 2019 la República Popular cumplirá siete décadas; y en 2020 llega el año en el que los anteriores presidentes prometieron que se alcanzaría una “sociedad modestamente acomodada”.
En su alocución, Xi agradeció en nombre de los nuevos líderes centrales electos al resto de los miembros del Partido por la confianza depositada en el nuevo comité y volvió a remarcar su pensamiento sobre la nueva era que se avecina, la de “un socialismo con características chinas” para lograr una sociedad modestamente acomodada. “Las aspiraciones de la gente para vivir una vida mejor siempre deben ser el centro de nuestros esfuerzos. No tengo dudas de que la vida de nuestra gente verá mejoras año tras año”, indicó.
Además, el mandatario repitió que China trabajará con otras naciones para construir una comunidad global con un futuro compartido y hacer nuevas y mayores contribuciones a la noble causa de la paz y el desarrollo para toda la humanidad. La presentación concluyó con una invitación de Xi a la prensa internacional para que conozcan el proceso de desarrollo que vive China en este período y que él –que desde el martes figura en la Constitución del PCCh, un hecho otorgado sólo a Mao Tsé-Tung y Deng Xiaoping– seguirá timoneando, con seguridad, hasta 2022.
En opinión del especialista taiwanés Chang Wu-er, no hay ningún miembro joven que pudiera ser sucesor de Xi. “Ese tema lo decidirá él más tarde, pero parece indicar su deseo de mantenerse en el poder más allá de 2022, cuando expira su segundo mandato”, analizó el ex director del Instituto de Estudios Chinos de la Universidad de Tamkang. “Está claro que esa composición es a la medida de Xi, deshace las lealtades de clanes (distintas facciones del partido) y crea una sola, la del Partido, con él mismo como núcleo”, subrayó, por su parte, el analista Xulio Ríos, del centro de estudios Observatorio de la Política China.
Ninguno de los que algunos medios señalaron los últimos días como posibles delfines de Xi, Chen Miner y Hu Chunhua (que ocupan actualmente jefaturas provinciales del PCCh), entraron finalmente en el Comité Permanente, aunque sí lo hicieron en el Politburó, el segundo escalafón de poder en la formación, renovado también ayer. “Al establecer una segunda transición sin sucesión (Xi) deja en evidencia que Hu Chunhua no era su candidato y probablemente lo será Chen Miner, que se incorporaría en 2022 al Comité Permanente”, vaticinó al respecto Ríos, quien no descarta que tanto Xi como el primer ministro tengan un tercer mandato entre ese año y 2027.