El periodista y corresponsal de Página|12 Washington Uranga analizó el mensaje que envió el Papa Francisco a la inauguración de la nueva sede del Copaju en Buenos Aires, en donde el Sumo Pontífice hizo foco en el rol del Estado para lograr "redistribución" y "justicia social".
En ese contexto, el también docente y especialista en comunicación consideró que el mensaje de José Mario Bergoglio es "coherente con el magisterio que viene llevando adelante desde que asumió en el Vaticano".
"Si uno mira el escenario mundial, hay muy pocos líderes en el mundo y muy pocos antisistema. El Papa no es un revolucionario ni mucho menos, pero sí es un crítico muy severo del capitalismo", señaló Uranga en AM750.
El periodista hizo un racconto de las intervenciones públicas del Sumo Pontífice y recordó que habló de las causas ambientales, el papel del Estado, manifestó críticas contra el sistema financiero internacional y mantiene una relación tensa con el Estado de Israel por la masacre en Gaza.
De hecho, sus declaraciones públicas respecto del rol estatal fueron pocos días después de que el presidente Javier Milei participara de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) junto a varios líderes de la derecha, entre ellos Donald Trump.
"Tiene posiciones que, admito, me hubiese costado pensar que llegarían a esto cuando él era Arzobispo de Buenos Aires, y además toma decisiones de involucrarse en situaciones conflictivas y tomar posiciones", planteó Uranga.
En ese sentido, el periodista advirtió que Francisco pertenece a una doctrina de la Iglesia latinoamericana que tiene raíz en los sacerdotes Lucio Gera y Rafael Tello, del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, y que desde esa postura plantea una "misión evangelizadora desde la perspectiva del pueblo".
Esto le valió muchas resistencias políticas tanto en Argentina como en el resto del mundo y al interior de la propia Iglesia. "Es un movimiento internacional en donde juegan desde el presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (Timothy Broglio) hasta integrantes de la alcurnia romana", detalló Uranga.
Ante esa fricción y su propia interpretación de la misión de la Iglesia católica, Francisco ha "internacionalizado" la estructura eclesiástica para que pesen menos los europeos y haya más representantes de otras iglesias del mundo.