El refuerzo de las barreras comerciales de los Estados Unidos al biodiesel argentino reanimó las quejas y la preocupación del sector, luego de que el Gobierno nacional decía tener encaminada la negociación para la reapertura del mercado. Mientras el presidente Mauricio Macri destaca en cada oportunidad que se le presenta las bondades del libre comercio, pone como ejemplo “lo que hacen los países serios” y filtra a la prensa un supuesto diálogo constructivo con su par norteamericano Donald Trump, la administración del norte volvió a dejarlo en offside comercial.
El 22 de agosto pasado, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos confirmó la imposición de “aranceles compensatorios” del 50,3 al 64,2 por ciento para las importaciones de ese producto provenientes de la Argentina y de entre un 41,1 y un 68,3 por ciento en lo que respecta a Indonesia. Se trata de un producto relevante en el comercio bilateral: en 2016 Argentina exportó a los Estados Unidos 1200 millones de dólares en biodiesel. Sobre ese arancel esta semana comenzó a aplicarse un derecho antidumping que va del 54 al 70 por ciento. El resultado es un sobreprecio promedio del 120 por ciento sobre las importaciones de biodiesel argentino. Antes de la primer medida, la protección era del 4,6 por ciento. “Es un bloqueo total del mercado”, resume Gustavo Idígora, de la Cámara Argentina de Biocombustibles, que agrupa a las principales empresas del sector.
El antidumping fue aplicado después de que el Gobierno argentino comunicara a la prensa una supuesta conversación entre Macri y Trump. “En el tema del biodiesel, Macri consideró junto Trump lo relativo al diálogo entre los sectores privados de ambos países y el Departamento de Comercio de los Estados Unidos, a fin de resolver diferencias para que pueda retomarse dicha exportación a ese país”, informó la Cancillería.
Ni entre las empresas ni en los despachos oficiales dudan acerca de las motivaciones proteccionistas de los Estados Unidos. “Esta es la política del America First de Donald Trump, el freno de productos que podrían perjudicar el empleo o la renta de las empresas. Esta semana le pasó lo mismo a los derivados forestales de Canadá, con un derecho antidumping del 300 por ciento por el Departamento de Comercio”, agrega Idígora.
El gobierno de los Estados Unidos, de todas formas, dejó abierta la puerta para la negociación. “El Departamento está trabajando con las partes interesadas en posibles acuerdos de suspensión. El Departamento de Comercio solo firmaría esos acuerdos si garantiza que se elimine el daño a la industria nacional de biodiesel y se aborden las prácticas comerciales desleales. Estamos agradecidos al Gobierno de Argentina por su enfoque proactivo para resolver este problema y seguimos siendo optimistas de que se puede llegar a una solución negociada”, añadió de Estados Unidos.
“Las gestiones del Gobierno han sido muy importantes. El Presidente habló con Trump y también hubo conversaciones por parte del ministro de Producción y el canciller. El tema está en el más alto nivel político. Es para destacar el hecho de que el Departamento de Comercio haya planteado por escrito la disposición para negociar”, evalúan fuentes oficiales. “Si, después de que te maté, podemos negociar, pero vos estás en el piso”, es la lectura de la estrategia negociadora de los Estados Unidos.
A la par del cierre del mercado norteamericano, el sector pudo retomar exportaciones a Europa, luego de que en 2013 se aplicara una barrera. Este año se venderán unas 400 mil toneladas y el año que viene se espera colocar unas 500 mil toneladas, equivalentes a 500 millones de dólares.