El directorio de YPF aprobó el jueves la cesión de 55 áreas convencionales en campos maduros que no le resultan rentables a la petrolera. Los yacimientos se encuentran fundamentalmente en Chubut, Santa Cruz, Mendoza y Neuquén. Para facilitar su colocación se decidió recortar la valuación de esos activos por el equivalente a 1800 millones de dólares.
La cesión no supone necesariamente una venta. En algunos casos la idea es efectivamente vender las áreas, pero también se está evaluando cederles la operación de esos campos a otros accionistas o revertir el activo en favor de las provincias para que sean ellas las encargadas de buscar un nuevo interesado. En los casos en que ceda la operación, YPF quedaría como accionista, pero se desentendería de la gestión cotidiana de los yacimientos, la cual pasaría a estar en manos de compañías independientes con foco exclusivamente en campos maduros.
“El plan mencionado es consistente con los nuevos planes de gestión de la compañía, que considera que la optimización del portafolio upstream convencional es una de las palancas sobre las cuales se basa la estrategia de YPF, con foco en las actividades e inversiones en campos no convencionales, con el objetivo último de maximizar el valor para la compañía, sus accionistas e inversores”, señaló la empresa en una comunicación enviada este viernes a la Comisión Nacional de Valores.
Las áreas
La empresa no identificó en el comunicado cuáles son las áreas, pero ya dejó trascender informalmente que busca ceder prácticamente todos los activos convencionales que tiene en los campos maduros de Santa Cruz, Chubut y el norte de Mendoza. El listado incluirá también algunas áreas de Neuquén.
Se denomina “yacimientos maduros” a aquellos que ya pasaron su pico “óptimo de producción”. “Las buenas prácticas de la industria petrolera establecen que, para las compañías de escala como YPF, no resulta eficiente ni rentable producir petróleo en este tipo de yacimientos, los cuales en general son operados por operadores más pequeños que puedan dar continuidad a la actividad”, informó la petrolera conducida por Horacio Marín.
“En este proceso, YPF colaborará de forma activa con el desarrollo local y garantizará los puestos de trabajo durante la transición, entendiendo que este proceso dinamiza la industria en su conjunto, ya que nuevas pymes locales podrán dar trabajo y desarrollo a cada región explotando áreas que de otra manera no podrían hacerlo”, agregó la firma.
Este es un punto clave porque el retiro de YPF genera temor en las provincias. El Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Chubut, conducido por Jorge “Loma” Ávila, realizó el viernes pasado una jornada de protesta en Comodoro Rivadavia en rechazo a la reducción de las inversiones que las principales petroleras anunciaron para este año y el foco estuvo puesto fundamentalmente en YPF. No obstante, la empresa ha venido conversando con los distintos actores involucrados y pareciera haber logrado convencerlos de la conveniencia de esta maniobra, pues incluso los directores que representan a las provincias petroleras votaron a favor en la reunión del jueves.
Cotización a la baja
Para facilitar la cesión de los campos, el directorio de YPF anunció que realizará una evaluación de recuperabilidad del valor contable de esos activos, lo que derivará en un deterioro de su valor. “Corresponderá realizar un ajuste al valor contable -sin impacto en caja- estimado a la fecha en aproximadamente 1.800 millones de dólares, el cual será considerado dentro de los estados contables de la compañía al 31 de diciembre de 2023, que serán informados oportunamente de acuerdo con la normativa aplicable”, afirmó la empresa.
Ese recorte de valor facilitará la venta, pero desde la empresa dejaron trascender que no se está afectando el patrimonio para favorecer a un eventual comprador, sino que se está “sincerando” el precio de áreas que estaban sobrevaluadas. Por lo bajo acusan a la gestión de Pablo González de haber mantenido los precios de esas áreas por encima de lo que correspondía para poder justificar los niveles de inversión que se estaban desembolsando en áreas en las que YPF venía perdiendo dinero. ¿Por qué lo hacía? La especulación es que en algunos casos puede haber tenido motivaciones políticas, pues González aspiraba a ser gobernador de Santa Cruz.