Javier Milei se propuso darle una nueva estética al discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso. Y lo hizo al mejor estilo de los Estados Unidos: cambió el horario de las 12 del mediodía a las 21 (el equivalente discurso sobre el estado de la Nación que brinda el presidente estadounidense en enero es en horas de la noche) y habló dede un atril, al estilo del Capitolio en Washington.
A eso se sumó la novedad de que se presentó con la banda presidencial puesta, algo que no usual en un jefe de Estado argentino cada 1º de marzo. De hecho, desde que los presidentes reciben los atributos de mando en el Congreso, hacen su discurso de investidura con la banda puesta, como fue en los casos de Néstor y Cristina Kirchner, Alberto Fernández y el propio Milei.
La estética made in USA no se quedó ahí. El "Pacto del 25 de mayo", un símil Pacto de la Moncloa en versión criolla, fue pomposamente presentado en las redes sociales como si se tratara de un documento histórico, tanto en su forma como en su contenido.
Milei leyó los diez puntos del documento ante la Asamblea Legislativa y, al rato, la cuenta de la Oficina del Presidente (otro modismo importado de Estados Unidos, donde existe la Office of the President of the United States) difundió el texto como si fuera el facsímil de una declaración de independencia del siglo XIX. O, mejor dicho, del siglo XVIII, porque se usó la tipografía del Acta de Declaración de Independencia de las 13 colonias, firmada el 4 de julio de 1776; es decir, el hecho bautismal de los Estados Unidos
En Twitter, Maximiliano Firtman reveló que la tipografía es American Scribe, tomada de la caligrafía de Timothy Matlack, quien redactó la declaración de independencia hace casi 250 años. Aportó otro dato: la licencia de uso cuesta 39 dólares.
Así y todo, el texto refundacional redactado con una tipografía por cuyo uso se deberían haber pagado, al tipo de cambio oficial, unos 32 mil pesos, mostró las tensiones del equipo de comunicación de Milei con el idioma castellano: en el punto 5, referido a la coparticipación, se habla de "rediscución" (sic), corregido 50 minutos después de su publicación.
El texto es anacrónico. Arranca así, con aura refundacional, y una alusión religiosa al Calendario Gregoriano que niega la separación entre Iglesia y Estado, al estilo de los textos coloniales (a nivel hispano e inglés): "Al primero del mes de marzo del año de Nuestro Señor 2024, con los representantes del pueblo reunidos en el Congreso de la Nación, ante la mirada del Eterno, declaramos la necesidad de un nuevo pacto fundacional para la República Argentina".
Y se cierra con otra invocación: "Dios bendiga a todos los argentinos y nos otorgue la sabiduría y la fortaleza necesarias para superar los desafíos que enfrentamos como sociedad, y construir un futuro próspero para nuestra Nación. Que las Fuerzas del Cielo nos acompañen". Una forma de glosar el "God Bless America" mechado con la cita del Libro de Macabeos que suele citar Milei.
Los historiadores suelen referirse al grupo que declaró la indepedencia estadounidense como "padres fundadores" (founding fathers). No solamente ellos: en sus escritos, Alberto Benegas Lynch (h), el "prócer" del liberalismo según Milei, también usa esa expresión. El Presidente también la usa esa para los constituyentes de 1853. No es usual que se hable de Juan Bautista Alberdi como "padre fundador", más allá de que la analogía sea válida.
Solamente faltó citar que la declaración de 1776 reivindica "ciertos derechos inalienables" (certain unalienable Rights) como "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad" (Life, Liberty and the pursuit of Happiness). Los dos forman parte del discurso de Milei.