River rescató un empate de Córdoba, en un duelo que ganaba desde el primer minuto y en el que se llevó dos goles de ventaja al entretiempo. Y es que aunque suene paradójico, el 2-2 con Talleres terminó siendo un resultado más que positivo, ya que el conjunto cordobés lo arrolló en la segunda parte y le generó ocasiones para ganarlo incluso hasta en tiempo de descuento.
Un error insólito de Guido Herrera en la primera acción de riesgo del partido le permitió a Solari anotar el gol que le dio el desarrollo soñado a River. Es que el equipo de Demichelis pudo resignar tenencia de pelota y gozar de espacios para contragolpear ante un Talleres desatento y desorientado.
Entonces, no sorprendió que llegara el segundo gol, con una buena acción entre Nacho Fernández y Barco, que terminó definiendo Borja con un gran cabezazo. Pero todo lo bueno que hizo River en el primer tiempo quedó en el olvido en la primera media hora del segundo. Es que dejó de jugar, buscó refugiarse contra su arco y le regaló la pelota a Talleres, que aceptó la invitación y cambió la pálida imagen que había dejado en la etapa inicial.
Con Rubén Sosa como abanderado, el conjunto cordobés comenzó a generar ocasiones de riesgo y empezó a convertir en figura a Armani, el sostén del equipo de Demichelis a esa altura del juego. Pero cuando Sosa le ganó de arriba a Boselli, Talleres encontró un descuento que le dio otro ánimo para sostener ese dominio.
Superado en todos los sectores del campo, el técnico de River apostó a reforzar la defensa para sostener el triunfo, con una inédita línea de cinco y la aparición de Kranevitter en el centro del campo. Sin embargo, el desarrollo no cambió. Incluso, se potenció el dominio local. Por eso, cuando Armani no pudo disfrazarse de salvador, llegó el empate, con un remate de lejos de Portilla que el arquero no alcanzó a desviar.
En el cierre, Talleres siguió con su búsqueda, que no cesó hasta el último segundo. Y así pudo ganarlo en el descuento, cuando Juan Martínez tuvo un balón picando en el área, pero su zurdazo se fue apenas arriba del travesaño. Por eso, River sintió alivio cuando sintió el pitazo final.