En el norte del país las mujeres alcanzan solo el 5 por ciento en el transporte de carga. Es decir con se incumple con la disposición del Ministerio de Trabajo de la Nación, que establece que la presencia de mujeres conductoras de vehículos de carga debería llegar al menos el 30 por ciento del total.
Así lo afirmó Andrea Rébori, coordinadora de todas las sedes de C-TRANS (Cámara de Transportistas de Cargas Generales, Internacional y Mercancías Peligrosas), al lanzar el nuevo curso de capacitación en conducción de transportes de carga para mujeres que se hará en distintos puntos de la región norte del país.
Bajo el lema “Mujeres Empoderadas en Acción”, el curso organizado por la Comisión de Mujeres C-TRANS tendrá lugar el 8 de marzo próximo a partir de las 8 en las sedes de C-TRANSa de la ciudad de Salta, Pichanal, Metán, San Antonio de los Cobres, Ledesma (en Jujuy), y Santa María (en Catamarca). Las mujeres interesadas en participar pueden inscribirse comunicándose a los números 387826238 y 3874068765.
Norma de equidad frente a la desigualdad
La referenta enmarcó las acciones de la Comisión que integra en la resolución 116/21 del Ministerio de Transporte de la Nación, firmada el 15 de abril de 2021 por el ahora ex ministro de Transporte (fallecido una semana después), Mario Meoni.
La resolución aprueba el “Plan Estratégico para la incorporación de la Perspectiva de Género”, en el ámbito a cargo de la cartera nacional con el objetivo de “transversalizar la perspectiva de género (…), como así también en los organismos y empresas actuantes en su órbita jurisdiccional”.
Se entendió la necesidad de una política en tal sentido ante la escasa presencia de mujeres en el sector, como consecuencia de "los estereotipos y limitaciones culturales vinculadas a competencias tradicionalmente masculinas y a condiciones de trabajo poco facilitadoras de la conciliación de la vida personal, laboral y familiar”. Además, establece la necesidad de dar lugar a quienes son parte del colectivo “LGTBI+ para así lograr un transporte más equitativo e inclusivo socialmente”.
Prejuicios sobre las mujeres al volante
Al dar cuenta del actual panorama en el sector respecto de este tema, Rébori afirmó que en las empresas mineras existe un cupo de entre un 30 y un 40 por ciento de mujeres, “pero no en la conducción”. Y sostuvo que esto se debe a las dudas que tienen las empresas respecto de las habilidades de la mujer al volante.
Diferenció la situación en el sur argentino (donde ingresan más mujeres en ese sector), de la que se vive en el norte. Uno en particular tiene que ver con el colectivo de mujeres trans. “Ellas muchas veces hablan por teléfono y les dicen que sí. Pero cuando se presentan en persona ya les dicen que no está el lugar porque tomaron a alguien más”, relató.
A ello sumó que hay empresas que "nos solicitan (conductores mujeres) pero piden que cumplan con los requisitos de experiencia de uno o dos años”. Pero es imposible tener la experiencia sin la oportunidad, incluso sin tener en cuenta las tareas que están naturalizadas e impuestas socialmente a las mujeres sobre la obligación del cuidado del hogar, lo que choca con este trabajo que implica estar muchas horas fuera de la casa y lejos de la familia.
Frente a esa realidad, Rébori afirmó que se buscan hacer “postas”, para que las conductoras puedan manejar hasta cierto lugar, donde entregaría la carga a otra compañera y ella retornar a su lugar de origen.
“Las empresas están prestas a aceptar esto”, indicó. Pero sostuvo que también pesa sobre las mujeres el miedo a iniciarse en la conducción de transportes de carga. Aunque luego de tener experiencia logran sentirse cómodas y a gusto con su trabajo.
Muchas mujeres son cabezas de hogar. Esta salida laboral involucra salarios que por convenio (y según se trate de cargas generales o peligrosas), van de los 400 mil pesos a los 800 mil pesos. Monto al que se suma el plus que se paga por las cargas según su característica.
En julio del año pasado “se inscribieron unas 160 mujeres” en el curso, contó Rébori. De esa cantidad, aprobaron 90 y solo 20 se animaron a rendir y lograron su certificación. Son entre 10 y 12 las que se encuentran actualmente trabajando como operadoras de auto elevador.
En la actual capacitación el cupo total será de 25 personas por turno, los cuales se van a disponer (hasta dos si es posible), en la mañana o en la tarde, dependiendo de la cantidad de inscriptas. “Salta es la que más se mueve pero en el interior todavía hay lugar”, afirmó Rébori.
Historia de discriminación
Entre las mujeres que lograron superar las instancias de la capacitación en los cursos dictados, hubo dos del colectivo de la diversidad.
Rébori contó que una de ellas ingresó finalmente a trabajar con el manejo de grúas en una empresa del norte salteño. Pero al ingresar, los mismos trabajadores de la empresa les dijeron a los dueños que “ella había trabajado en estaciones de servicio como acompañante y le decían cosas (ataques verbales) por haberlo sido”.
La empresa la dejó entonces sin trabajo. “Ahora está trabajando en la cosecha” en las zonas productivas de Anta. “Ella tiene carné y es una excelente trabajadora. Pero la discriminan por haber trabajado en la noche, y es adonde ella no quiere volver”, contó Rébori.