Desde este lunes, Francia es el primer país del mundo que protege explícitamente en su Constitución el derecho al aborto. Los diputados y senadores, reunidos en sesión conjunta, adoptaron de forma mayoritaria la inscripción del aborto en la Constitución, una reforma que consideraron "histórica".
Si bien la interrupción voluntaria del embarazo había sido despenalizada en ese país hace casi medio siglo, este lunes se resolvió incluir la "libertad garantizada" a abortar en el texto de la carta magna.
Se trata de una suerte de medida preventiva, tras la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos que en 2022 dejó de reconocer el aborto como un derecho federal. "No hay que esperar a que un derecho esté realmente amenazado para protegerlo (...) Es una protección que debemos a las mujeres", explicó este domingo el ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti.
En total, 780 de los 925 parlamentarios aprobaron una reforma constitucional que modificará el artículo 34 de la Carta Magna para incluir "la libertad garantizada de la mujer a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo".
El proyecto, impulsado por el presidente Emmanuel Macron para preservar ese derecho amenazado en otros países, contaba con un gran respaldo popular y obtuvo apoyos de todos los partidos políticos, sin reservas en la izquierda y más condicionados en la derecha y extrema derecha.
Solo 72 diputados votaron en contra de esta reforma que convierte a Francia en el primer país que constitucionaliza el aborto, una reforma que pretende inspirar a otros y servir de base a la lucha de las mujeres en todo el mundo, según indicó el primer ministro, Gabriel Attal.
Macron anunció una gran ceremonia el próximo viernes, coincidiendo con el día internacional de los derechos de las mujeres, frente al Ministerio de Justicia, donde por primera vez en la historia el público podrá asistir a la promulgación de una ley por parte del presidente.
Rechazo del Vaticano
Este lunes, en vísperas de que Francia vote una reforma para proteger explícitamente en su Constitución el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, el Vaticano reiteró su rechazo a la medida.
"En la era de los derechos humanos universales, no puede existir un 'derecho' a suprimir una vida humana", afirmó en un comunicado la Academia Pontificia para la Vida, el organismo del Vaticano que se encarga de las cuestiones de bioética, apoyando la postura que sostienen los obispos franceses.