Cristina Fernández de Kirchner concurre a los tribunales federales de Comodoro para cumplir con la indagatoria que dispuso el juez federal Claudio Bonadio. El magistrado la imputa por la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán a pesar de que nunca entró en vigencia ni se cumplieron tampoco ninguna de las sospechas por las cuales el fallecido fiscal Alberto Nisman realizó la denuncia original. La senadora electa presentó un escrito y no respondió preguntas.
La ex presidenta salió de su casa, poco antes de las 10, sin hacer declaraciones a la prensa, y llegó hasta Comodoro Py, donde la esperaba un grupo de militantes. Frente a la puerta de los tribunales, hay armada una pequeña tarima con un vallado desde donde CFK brindará una conferencia de prensa tras la indagatoria.
La ex mandataria fue convocada a indagatoria durante la campaña electoral. Entonces también fueron citados a declarar el ex canciller Héctor Timerman, cuatro colaboradores estrechos de la ex mandataria, cuatro funcionarios de la Cancillería, un supuesto espía, un referente de Irán en la Argentina y dos dirigentes que estaban marginados del gobierno kirchnerista. La citación ni siquiera fue acompañada por los fundamentos ni las acusaciones.
Bonadio avanzó en la causa a partir de la denuncia de Nisman. Ninguno de los supuestos que en su momento planteó el fiscal fallecido se cumplió: las capturas con alertas rojas de los sospechosos iraníes no fueron levantadas, no se creó tampco ninguna Comisión de la Verdad que mejorara la situación de los imputados, ni se alivianó su situación armando otra pista que culpabilizara por el atentado contra la AMIA a nazis locales, ni hubo intercambio de petróleo por granos, ni aumentaron los negocios con Irán.
El Memorándum con Irán fue aprobado en el Congreso por diputados y senadores y ni siquiera aquellos que lo votaron en contra advirtieron que fuera ilícito. Tampoco lo consideraron ilícito ni el propio Nisman ni los dirigentes de la AMIA y la DAIA ni los trece jueces que evaluaron si era constitucional o no.
La semana pasada declaró Timerman. El ex canciller escuchó con asombro que en la acusación el atentado contra la AMIA como “un acto de guerra”. “Una guerra no se declara en un juzgado. Una guerra es algo muy serio, declarado por un gobierno y un Parlamento”, alegó Timerman, quien también presentó un escrito y afirmó: “La acusación es falsa de toda falsedad. Recién me entero que hay una guerra –señaló el ex canciller–. Todo lo que hice por la causa AMIA fue para completar, a costa de mi salud y mi familia, una vida dedicada a la defensa de los derechos humanos. Busqué siempre la justicia para las víctimas del atentado. Todos los que me mencionan como cometiendo ilícitos en esa causa son parte de una campaña financiada por Paul Singer, el segundo donante más importante del Partido Republicano e imputado por corrupción en Israel, y por Paul Singer cabeza de uno de los fondos buitre en conflicto con la Argentina”. Con un debilitado estado de salud, tras declarar Timerman sufrió una descompensación y tuvo que ser internado en el Sanatorio Otamendi.
Otros ex funcionarios que también cumplieron ya con el trámite de la indagatoria fueron Oscar Parrilli y Carlos Zannini. El último en declarar en la causa fue ayer el diputado del Frente para la Victoria y referente de La Cámpora Andrés “Cuervo” Larroque. El legislador dijo que su única relación con el Memorándum de Entendimiento con Irán fue la de presentarse en el recinto de Diputados para votar la ley que lo refrendaba. “No sé de qué se me acusa. Esta causa tiene fines políticos, es un mamarracho absolutamente”, señaló Larroque.