Recesión, cese de actividad, despidos, cierre. Son las palabras que las asociaciones de pequeñas y medianas empresas- comercios o industrias, sin importar el rubro- nombran al ser consultados por PáginaI12 acerca de su presente y proyección de futuro durante el gobierno de Javier Milei. Durante la última audiencia pública obligatoria pero no vinculante que el gobierno convocó para modificar el esquema de subsidios, funcionarios de la Secretaría de Energía confirmaron que dejarán de subsidiar las tarifas de luz a comercios, industrias y pymes, limitando la asistencia estatal solamente a los sectores vulnerables. La situación generará un traslado a precios y, consecuentemente, una caída en las ventas que provocará ceses y despidos. Preocupación en el mundo pyme.
"Para quienes compramos la energía en el mercado mayorista, se ha aumentado en enero un 40 por ciento y ahora habrá un aumento
en el periodo de febrero-abril de 314 por ciento. Esto significa un impacto en
el consumo masivo en los productos de góndola de no menos de un 30 por ciento. Esto va a afectar directamente a muchas empresas porque no van a poder trasladar esos precios, porque el mercado interno
está reprimido", explica a PáginaI12 el empresario industrial pyme y presidente de Industrias Pyme Argentinas (IPA) Daniel Rosato.
"El impacto del aumento de la energía depende lógicamente de la actividad, pero en la proporción mencionada se está haciendo determinante para la supervivencia de muchas empresas, que no pueden trasladar las subas a sus precios ante la disminución de la demanda en mercado interno. Las facturas llegan a triplicar en promedio las abonadas en diciembre y un restan aumentos por distribución a partir de abril", explica Eduardo Fernández, presidente nacional de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme).
Costos por las nubes, ingresos por el piso
El aumento de la energía representa un costo importante para las empresas, pero se suma a un listado que parece no tener fin: "Los alquileres, El aumento de sueldos de los empleados, que para marzo será de un 65 por ciento para compensar la caída del poder adquisitivo. No sabemos cuántas empresas podrán afrontar estos costos", se sincera Rubén Pallone de la Cámara Industrial de Manufacturas del Cuero y Afines (CIMA).
La contracara que podría balancear el aumento de los costos - mayores ingresos- tampoco está funcionando. La mayor parte de las Pymes, en particular las industriales, están sufriendo una caída de las ventas pronunciada y en tiempo récord, de entre 30 y 60 por ciento. "Las empresas se están manejando con stocks, con una suba de costos por insumos, combustibles, energía y alquileres que hacen inviable en muchos casos continuar con la actividad, y lamentablemente son cada vez más las empresas que ya están cerrando o proyectan suspensiones o despidos. La crisis se distingue no solo por la profundidad sino además por una velocidad que no se puede asimila. No alcanza para pagar los costos con lo que hay para cobrar por parte de clientes que también están en problemas y pagan a plazos", resume Fernández.
El fantasma de las importaciones
El aumento de la energía es el último pero no el único problema que preocupa a las Pyme: "Prevemos que esta medida va a afectar la actividad sin ninguna duda y eso va a significar también una menor rentabilidad de las empresas que se traduce en caídas de horas extras", explica Rosato y continúa, "pero no solamente es el problema energético sino también es que en 60, 90 días vemos que van a comenzar a entrar productos terminados del exterior que van a competir con la industria nacional y van a agravar el problema".
Al preguntar por el futuro, los empresarios pyme solo ven "un panorama oscuro" para la actividad "si las condiciones se mantienen como en este momento, con el agravante de la total liberación de las importaciones, lo cual va a redundar en una mayor desocupación, ya que nuestra actividad es de mano de obra intensiva", explica Pallone.
"Esto puede ser grave y va a afectar más a la producción nacional, sin ninguna duda. Entonces creemos que en la mayoría de los sectores donde la Argentina tiene que competir, no va a poder hacerla. No podemos tener una proyección cierta de decir que la situación va a mejorar cuando sabemos muy bien que no podemos competir con precios, por ejemplo, de productos que vengan de China que sabemos que van a ir a precios dumping. Eso va a significar en muchos sectores de industria una falta de competitividad que tampoco van a acompañar los costos que aumentarán mas del 300 por ciento", se preocupa Rosato y agrega que "las pymes que estén trabajando en el sector energético, todo lo que es minería, petróleo y gas, ahí va a haber un crecimiento sustancial y van a ser las menos perjudicadas".