Azul Montoro no respondía al llamado: “Amiga, ¿seguís ocupada?”. Eran las 5 am y los alaridos de la caniche pusieron en alerta a su compañera, Maina Maura, que vio la puerta entornada y supo que algo feo pasaba. Azul, con la que había compartido calle unas horas antes, yacía en la pieza. “Esa imagen no me la puedo borrar. Empecé a gritar y veía que no reaccionaba, no me animaba a tocarla. No podía ni agarrar el teléfono para marcar el número de la policía”, relató a SOY Maina. Una hora más tarde, los médicos le confirmaron que ya no quedaba nada por hacer: 18 puñaladas habían terminado con la vida de Azul.
En busca de un sustento económico, Azul había dejado San Luis para trasladarse a la Córdoba capital y vivir a pleno su identidad trans. Tenía 24, se dedicaba a la prostitución y tenía un carácter sereno. Hacía algunas semanas estaba viviendo junto a Maina y su caniche en la casa de una amiga. “Siempre que jugábamos, la perra se ponía en el medio y ladraba, para mí que cuando la vio sufrir quiso defenderla. El tipo también atacó a la perrita con un cuchillo. Pienso en eso, imagino cómo habrá sufrido Azul. Espero que se haga justicia”, dijo Maina, quien participa de las reuniones de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina. En el transcurso de las horas que siguieron a la muerte, la bronca se acumulaba: el imputado mandó mensajes hirientes desde el celular que le robó a Azul, e hizo varias publicaciones machistas desde su cuenta de Facebook. Al cierre de esta edición, la causa estaba caratulada como homicidio simple, aunque la calificación seguro mute, ya que la escena indica que hubo una saña particular. El único imputado es un hombre de 24 años que fue detenido el mismo miércoles 18 de octubre a la noche. Lo encontraron por el celular de Azul. “No lo apagó en ningún momento y lo geolocalizamos”, explicó a SOY el fiscal de la causa, Guillermo González, y dijo que las hipótesis descartan que haya sido una venganza o un crimen premeditado: “En principio sabemos que fue una relación ocasional. Al muchacho se lo había visto dando vueltas a la tarde por el lugar, habló con varias chicas que ejercen la prostitución en la zona y terminó con Azul. Los vieron subirse a la moto e irse juntos”. En 2013, el imputado estuvo detenido por otra causa donde medió la violencia con su vínculo familiar, aunque quedó libre por “inimputable”. Consideraron que tuvo un brote psicótico. Al momento de su captura, lo encontraron cerca del hospital neuropsiquiátrico de Córdoba. “La autoría material no estaría en discusión. Lo que seguro se va a debatir es su capacidad mental de afrontar cargos”, dijeron de la fiscalía.
Córdoba sin cupo
Hace más de un año, este suplemento publicaba una nota sobre la presentación del proyecto de cupo laboral trans en Córdoba, una provincia donde la fórmula Cambiemos obtuvo el 48.5 por ciento en las últimas elecciones. “El asesinato de Azul representa la desidia y el desprecio hacia las personas trans por parte del Estado. Venimos pidiendo la aprobación del cupo laboral para tener otras posibilidades de vida que no sean la prostitución, pero en el consejo deliberante no tratan el tema. No estamos en contra de la prostitución como trabajo para quien la elija, pero hay pibas que como Azul quieren salir de la calle y no tienen otras opciones”, dijo Ivanna Aguilera, integrante de Devenir Diverse y la Convocatoria Federal Travesti y Trans. Después del asesinato de Azul, la comunidad LGBT cordobesa vuelve a estar de luto. De duelo en duelo.