El Ejército ucraniano reivindicó este martes la destrucción del más moderno barco de guerra ruso, el Sergei Kotov, a partir de un ataque con drones marítimos Magura V5 cerca de la península anexionada de Crimea. En imágenes difundidas por internet se observa un dron naval acercándose a la embarcación, de 94 metros de eslora, y después una explosión que provoca una gran llamarada y hace saltar escombros por los aires. "El costo del barco hundido es de unos 65 millones de dólares", remarcó en una nota la Dirección Principal de Inteligencia (GUR), los servicios de Inteligencia militar del Ministerio de Defensa ucraniano.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, se alegró por el resultado del ataque que, según él, fue una prueba de lo que su país es capaz. "No existe refugio para los terroristas rusos en el mar Negro y nunca lo habrá. Y tampoco habrá ningún espacio seguro para ellos en el cielo", señaló.
Las autoridades de Ucrania también informaron en un comunicado que la Inteligencia del país realizó un ataque con dron contra un depósito de combustible en la región rusa de Bélgorod, cercana a la frontera ucraniana, e indicaron que prendieron fuego al menos tres tanques. El gobernador de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, confirmó la explosión y un posterior incendio en las instalaciones. Al menos nueve depósitos y refinerías de Rusia se vieron afectadas por ataques desde que comenzó el conflicto bélico entre ambos países.
Mientras tanto, las fuerzas rusas lanzaron en la madrugada un nuevo ataque masivo con aparatos no tripulados en una zona residencial de la región de Odesa, en el que utilizaron un total de 22 drones kamikaze iraníes Shahed, según informó la Administración Militar ucraniana de la zona. El jefe de la Administración Militar de Odesa, Oleg Kiper, informó en sus redes sociales que las defensas aéreas ucranianas derribaron 18 de los 22 drones disparados por Rusia contra la región. “Por suerte no hubo heridos”, escribió Kiper sobre el hecho, que sin embargo provocó daños en edificios civiles.
Falta de armas
En el frente, las tropas ucranianas sufren cada vez más la falta de armas y municiones para repeler la ofensiva rusa, especialmente al oeste de la ciudad oriental de Avdiivka, tomada en febrero por Moscú después de cuatro meses de violenta batalla. El presidente francés Emmanuel Macron estuvo en Praga para apoyar una iniciativa checa de compra de municiones no europeas para Kiev.
El mandatario instó a los aliados de Ucrania a "no ser cobardes frente a una Rusia que se volvió imparable", y asumió haber pedido una sacudida estratégica al plantear la posibilidad de enviar tropas occidentales a Ucrania. No obstante, aseguró que no desea una escalada con Rusia.