Mauricio Macri viene trabajando hace tiempo su propio operativo clamor para volver a tomar el mando del PRO, el próximo 19 de marzo. Logró doblegar la semana pasada a Patricia Bullrich, que durante una entrevista hasta aceptó a regañadientes que su tiempo estaba vencido. Pero de pronto apareció Horacio Rodríguez Larreta. El exjefe de gobierno porteño dejó el modo pausa, sus vacaciones y hasta sus libros para meter fuego en la interna. Primero el fin de semana y luego ayer protestó por un eventual acuerdo con el gobierno de Javier Milei y sacó chapa de fundador del espacio amarillo para discutirle la conducción. “Creo que el PRO necesita una renovación”, dijo y aclaró: “Hay gente joven para impulsar un cambio”. En el medio pegó contra su archi enemiga ministra y desde el espacio político no tardaron en contestarle. “Si no se siente identificado, es lógico que no sea parte”, le lanzó Federico Angelini, vice del partido, y pieza clave en la interna. “Game Over”, agregaron. Una invitación elegante a que pegue un portazo.
¿Macri le quiere entregar el PRO a Milei?, acicaló temprano Eduardo Feinmann al exjefe de Gobierno porteño. “Todo va en esa dirección y estoy en contra”, protestó Larreta. “Estoy en contra de entregarle al Pro a Milei, llámese fusión, cogobierno o como quieran llamarlo”, insistió en la entrevista de la mañana a ayer, sin retocar una coma ni remendar en nada, un extenso y explosivo reportaje del domingo.
“Creo que el PRO necesita una renovación”, añadió Larreta de cara a la próxima interna. “Hay gente joven para impulsar un cambio, pero con los valores originarios de hace veinte años”, lanzó como para dejar sentado tranquilamente y sin menciones en primera persona el rotundo rechazo al regreso del exPresidente a la conducción del partido del que se siente legítimo accionista.
“Hace 20 años creamos, porque yo he sido parte de la creación en su momento --explicó--, un partido que valoraba la experiencia política, gente que ya venía con trayectoria, un partido que valoraba la diversidad, con gente que pensaba diferente, un partido que valoraba y que respetaba siempre las distintas voces”, recordó. Y completó con los cañones dirigidos hacia el otro lado de la interna: “Cuando estuvimos en el gobierno, tanto a nivel nacional como a mí en la Ciudad o en la Provincia, jamás agredimos a nadie por pensar diferente”. Teléfono para la ministra.
La frase dirigida a Bullrich no era casual. Días atrás, ella salió a decirle que iba a quedarse completamente sólo. Larreta respondió y cuando le preguntaron por ella puso toda la distancia que pudo poner: “Es parte de un gobierno que agrede al que piensa diferente, sean periodistas, artistas, opositores de un gobierno con una actitud muy personalista”. Y castigó: “Abandonó los valores originales de PRO desde el momento que entró a un gobierno que agrede”.
Sobre el presente y el posicionamiento del PRO frente al gobierno se alineo al paradigma de la oposición responsable de radicales y federales. “El PRO tiene que ser una oposición responsable, apoyar todas esas cosas con las que coincidimos, señalar las diferencias y proponer mejoras”.
Lluvia ácida
Dos de las primeras líneas del PRO salieron a responderle. “Game Over”, le lanzó el exjefe de campaña de Bullrich, Juan Pablo Arenaza. "Los valores del PRO, algunos los perdieron hace mucho y pretendían llevarnos a un partido con ideas viejas, corporativas y de izquierda algo que el PRO nunca fue. Por eso perdieron la interna con toda la plata y los dirigentes juntos. GAME OVER", lanzó.
Más revuelo causó Angelini. Macrista de la primera hora, derrotado en Santa Fé y cobijado como segundo de Bullrich en el ministerio de Seguridad, fue una de las pocas firmas de pesos pesados que ella consiguió la semana pasada en su cruzada epistolar con el gobernador de Chubut. Cruzado por esas dobles lealtades, la voz de Angelini pesa doble. Mauricio Macri "va a ser el próximo presidente del PRO", dijo en una entrevista con Futu Rock. Allí aseguró que Macri será elegido "por consenso general" para encabezar lista de unidad y a Larreta le advirtió: "Está más cómodo en un espacio que avance y no avance al mismo tiempo". Y dijo: "No está de acuerdo con el rumbo del gobierno ni del PRO. Lo respeto pero tenemos ideas diferentes respecto a dónde tiene que ir el partido", y agregó: “Sino se siente identificado, es lógico que no sea parte”.
Mientras tanto, Mauricio Macri teje. En la interna y en el gobierno. Está semana volvió al ruedo. Este miércoles viaja a Rosario para verse con dirigentes santafesinos, a la noche tendrá actividad con la Fundación Libertad y el jueves estará en la ExpoAgro de San Nicolás. Para el 19 de marzo tiene alineados a intendentes y gobernadores; ya había sumado a la mayoría de los presidentes del partido; le ofreció a Jorge Macri la presidencia del PRO porteño, a Cristian Ritondo la Provincia y hasta se encargó de ofrecerle un lugar a Patricia Bullrich.
El encuentro con Milei sigue a la espera de un llamado del Presidente. El espacio parece encaminarse a buscar un acuerdo para las elecciones de medio término de 2025, un futuro demasiado lejano en el país encendido pero en el que Macri empezará a tallar a partir del 19. De momento, sigue apostando al apoyo parlamentario a libro cerrado pese a las fricciones internas y al cogobierno que viene y que va. La apuesta resistida por el primer anillo de la Casa Rosada, tiene al exPresidente calentando motores. Tal vez por eso dicen que nunca deja de revisar números de las vacantes en las enormes estructuras burocráticas del Estado.