Ocho de cada diez argentinas caminan con miedo, dejan de salir de noche, evaden zonas que sienten peligrosas o saltean actividades, salidas, fiestas o trabajos para no estar expuestas a la calle o la ruta, según una encuesta realizada entre 1300 mujeres en once provincias de la Argentina sobre “Violencia contra las mujeres en el espacio público - La inseguridad de la que nadie habla”, por las Mujeres de la Matria Latinoaméricana. “Te acompaño a la parada”, no es un cliché antiguo, sino que el 80 por ciento de las chicas prefiere que alguien vaya con ella hasta que llega el colectivo por experiencias vividas de acoso, abuso, hostigamiento o arrebatos. A la noche el miedo crece y la autonomía se ve asaltada por el temor, un temor que se vive en cuerpos de mujeres o identidades feminizadas ya que nueve de cada diez mujeres sufrió acoso alguna vez en su vida. “La violencia que sufrimos en los transportes y en el espacio público conlleva que no podamos viajar y transitar libremente, ya que el 80 por ciento de las mujeres nos sentimos inseguras en el espacio público y tememos por nuestra integridad física y sexual. Ante esta situación el Estado debe dar respuesta generando y aplicando políticas públicas que promuevan ciudades seguras para que podamos gozar de nuestro derecho a transitar despreocupadas la vía pública”, remarcó Raquel Vivanco, de MuMaLá.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires mientras viajaban en colectivo cuatro de cada diez mujeres fueron abusadas de alguna manera (rozamientos, manoseos, apoyadas). El taxi tampoco da seguridad ya que el noventa por ciento de adolescentes y adultas se mantiene comunicadas con su mamá, papá, amigas o novios mientras avanzan en su recorrido a fiestas, salidas o actividades culturales o laborales. Las mujeres piden vivir libres, no valientes y, mucho menos, encerradas o temerosas.