Un tratamiento, muy especial y único, un poco raro para el sentido común, que propone el analista al paciente. Especial, único y raro porque implica confiar en que hablando -no, la gente no se entiende siempre- hablando se puede encontrar un detalle significativo, algo muy valioso que había pasado desapercibido y estaba ahí; bastaba escucharlo. Escuchar, no sólo oír: algo nada sencillo, ni a los demás ni a “uno mismo”.

Ese “uno mismo” del que estamos inundados en la época actual, desde hace bastante y cada vez más. El “uno mismo”, gran artífice de su propio destino, voluntarismo de por medio. Pobre ese “uno mismo”, ¡cuánta exigencia! Qué sacrificios debe llegar a realizar para lograr sus objetivos. ¿“Sus” objetivos? ¿Son suyos? No, de ningún modo. Es un títere con un doble rostro que ni siquiera tiene la dignidad de la máscara del drama. Ese “uno mismo”, esclavo de los imperativos de esta época.

Época muy particular, que empuja a la angustia, a la desorientación, al sin-sentido. Esto, por supuesto, no deja de afectar a los seres-hablantes, habitados por el lenguaje y por lo que la cultura transmite a través del mismo.

“El porvenir de una ilusión” y “El malestar en la cultura” son brújulas para leer algunas condiciones de la época y sus consecuencias subjetivas. Luego, siempre en el campo del Psicoanálisis, la lectura de Jacques Lacan nos propone considerar que “los sufrimientos de la neurosis y de la psicosis son para nosotros la escuela de las pasiones del alma” y a continuación: “la inclinación de su amenaza sobre comunidades enteras nos da el índice de amortización de las pasiones de la civitas”. Si esto fue dicho en 1936, en cada Seminario de Lacan encontramos alguna reflexión sobre la época, que nos invita a considerar que el Psicoanálisis no puede desentenderse de ningún modo de las condiciones de producción de subjetividad propias de cada cultura y cada momento en particular.

Hace poco más de cien años que Sigmund Freud introdujo el concepto de “pulsión de muerte”, refiriéndose a una satisfacción -paradójicamente, no placentera- que se presta de mala gana al trabajo del inconsciente -inconsciente que, a través del síntoma, permitiría regular esa satisfacción pulsional-.

El “uno mismo”, al que ya nos referimos brevemente, es el objeto -narcisismo por medio- que queda a merced de la pulsión de muerte. Las diferentes combinaciones del narcisismo y de la pulsión de muerte producen esa característica presentación del sujeto del siglo XXI, preso del discurso capitalista que rechaza todo lo relacionado con la castración y por lo tanto lo relativo a la experiencia amorosa. ¿Cómo interviene, entonces, el psicoanalista que toma en consideración estas condiciones estructurales de la época, cuando a su vez se trata de un síntoma singular, de un sujeto en análisis? ¿Qué conviene que elaboremos de un real para el siglo XXI? ¿Qué conviene que construyamos epistémica, clínica y políticamente para el Psicoanálisis en esta cultura y ante tamaño desafío? ¿Qué debe ser el deseo del analista para estar en condiciones de dirigir la cura?

La enseñanza de Jacques Lacan fue tomando muy en cuenta las transformaciones de los modos de goce de su época y expresó en nuevos conceptos, entre ellos el “sinthome” una perspectiva de la práctica en consonancia con una cultura diferente a aquella en la que vivía Freud.

Con la orientación lacaniana, nombre de la enseñanza brindada por Jacques-Alain Miller desde fines de los años 70 hasta hoy en día, contamos con claves de lectura que nos generan preguntas fundamentales para nuestra práctica. Y de ahí su importancia, su valor, en tanto son programas de investigación para todo aquel que sabe de la responsabilidad que le corresponde al dirigir una cura analítica.

La Diplomatura de Posgrado en estudios avanzados en Intervenciones en la clínica psicoanalítica actual comenzará el viernes 22 de marzo a las 12. Las clases se desarrollarán quincenalmente, de 12 a 18, los segundos y cuartos viernes de cada mes hasta noviembre. A quienes les interese la formación en Psicoanálisis de orientación lacaniana, con gusto están invitados a inscribirse y participar de esta propuesta. ¡Los esperamos!

 

*Psicoanalista. Miembro EOL Sección Rosario. Asesor Diplomatura.