Por momentos me limo y dado que se me lo permite, desecharía varias cosas. Las etiquetas, los rótulos, las mentes cortas, los mal pensados. Los grandes opinólogos, los juzgadores. Los que no se ven pero cuestionan todo el tiempo, a todo momento. Los que publican grandes reflexiones pero no lo aplican a su vida. Los que no tienen vida y se entretienen con la de una. Lo absurdo de seguir diciendo lo que es para “ellos” o para “ellas”. Desecharía además lo que nos dicen que debemos hacer. Los miedos, sí, los miedos los arrojaría tan lejos que no exista manera de encontrarlos perdidos por algún basurero de nuestra querida Buenos Aires.
* Autora y directora de la obra El tiro por la culata, en Teatro El Tinglado. Mario Bravo 948, CABA. Funciones: viernes de octubre y noviembre a las 22.