La actividad de la construcción se desplomó 21,7 por ciento en enero respecto a igual mes de 2023, según informó Indec. En tandem, la producción industrial también retrocedió 12,4 por ciento en la comparación interanual. Las estadísticas oficiales reflejan una crisis que llevó a los principales sectores productivos del país a niveles del 2020 pandémico. La brutal caída en los niveles de actividad empezó en diciembre, con las primeras medidas del nuevo gobierno. En el caso de la construcción esto se agravó durante en enero, mientras en la industria el cimbronazo fue similar al de fin de año: 8 por ciento retrocedió la construcción contra diciembre y 1,3 por ciento el sector fabril.
A comienzos de este año la construcción se ubicó lejos de los niveles de principios de 2023 (-21,7 por ciento). El mercado está paralizado no sólo por la incertidumbre que introdujo el gobierno de Javier Milei respecto de la continuidad de la obra pública, sino por el encaremiento desmesurado de los materiales para la construcción y malas perspectivas a futuro.
El asfalto fue el insumo de la construcción más perjudicado: su demanda cayó 61,9 por ciento interanual en enero. Seguido por el yeso (-40,6 por ciento), hierro redondo y acero (-38,6 por ciento) y homigón elaborado (-28,6). Pero el consumo de todos los insumos del sector retrocedieron en enero. Y según estimaciones privadas, esa tendencia se mantuvo en febrero: el Índice Construya –que releva la venta de insumos exclusivamente en el sector privado- registró una caída del 26,6 por ciento en el segundo mes del año.
A su vez, según el Indec las expectativas para quienes realizan obras privadas son de disminución de la actividad en febrero-abril, en el 41,6 por ciento de las empresas encuestadas, y en el 76 por ciento de las que realizan obra pública. Entre las primeras señalaron “la caída de la actividad económica” y “la inestabilidad de los precios” como las principales causales del deterioro en la actividad, mientras que las segundas sumaron a eso factores los “atrasos en las cadenas de pagos”. En este contexto, en diciembre se redujo 3,2 por ciento interanual y por segundo mes consecutivo la cantidad de puestos de trabajo en el sector (un dato que Indec publica con un mes de rezago): totalizó 432.729 contratados registrados.
Por el lado de la actividad fabril el escenario es también preocupante: la producción cayó 12,4 por ciento en enero de 2024 contra igual mes del año anterior (una caída similar a la observada en diciembre). Así, tanto la actividad manufacturera como la construcción se ubicaron en niveles similares a los de mediados de 2020 en el epicentro de la pandemia por el Covid-19. En enero la producción industrial retrocedió 1,3 por ciento contra diciembre, que fue un mes bajo para la comparación.
Sin embargo el Gobierno no parece alertar sobre esto, más aún sus políticas agravan la situación: la crisis de ingresos ante una inflación galopante perjudica el consumo, además se encarecen los costos de producción, las políticas de promoción estatal brillan por su ausencia y se amenaza permanentemente con una apertura indiscriminada de importaciones. La política de “licuadora y motosierra” tanto fiscal como monetaria tiene serias consecuencias sobre el aparato productivo local –como la suspensión de la producción en la gigante Acindar- que no tardan en manifestarse en pérdidas de puestos de trabajo.
En enero Indec registró caídas en 14 de los 16 rubros de la actividad industrial. Ordenados según su incidencia en el nivel general, las contracciones fueron del -6,4 por ciento interanual en alimentos y bebidas, -12,1 por ciento en sustancias y productos químicos, -33,5 por ciento en maquinaria y equipo, -19,3 por ciento en las industrias metálicas básicas, -32,5 por ciento en otros equipos, aparatos e instrumentos, -15,6 por ciento en productos minerales no metálicos, -24,6 por ciento en muebles y colchones, -15,2 en los productos de metal, -7,9 en madera, papel, edición e impresión, -12,1 en los productos de caucho y plástico, -13,9 por ciento en prendas de vestir, cuero y calzado, -12,4 por ciento en el sector automotriz y autopartista, -9,5 por ciento en la industria textil y -1,3 en la refinación de petróleo. En tanto, mostraron subas del 14,1 por ciento la producción de tabaco y del 7,8 otro equipo de transporte.
En cuanto a las expectativas en el sector, el 47,8 por ciento de las empresas encuestadas por Indec sostuvo que la actividad disminuirá en el período febrero-abril de este año y el 75,9 por ciento aseguró que no variará su plantel de personal.