Desde su origen, hace poco más de diez años, el “Grupo Sismo” de muralismo marplatense tuvo claros sus objetivos: sacudir las estructuras, salir de los espacios convencionales del arte, sorprender y transformar la mirada. Luego de una serie de hitos que determinaron su historia, la dupla compuesta por Fernando Lerena y Maximiliano Ledesma se encuentra trabajando en “Mensajeras”, el mural más grande de Mar del Plata, su mayor reto hasta la fecha.
“Estar haciendo un mural sobre un edificio de diez pisos y dos cuerpos en Mar del Plata es muy loco. Murales de esta magnitud se suelen hacer solo en grandes metrópolis del mundo”, reflexiona Lerena sobre esta obra realizada junto con Cuarzur Edificios, con motivo de los 150 años de Mar del Plata, que ya fue declarada de Interés Cultural por el Concejo Deliberante de la ciudad costera.
“Si bien ya no tenemos vértigo, siempre es todo un tema”, confiesa Lerena entre risas sobre el nuevo reto que emprendió este año el Grupo Sismo. Y es que la esencia de esta dupla artística fue siempre estar en constante movimiento. “Si tenemos en común una inspiración, esta es la de buscar obras cada vez más significativas que nos permitan explorar nuevos horizontes artísticos”, agrega el muralista que conoció a Maximiliano Ledesma en la facultad, hace más de diez años. “Sismo surgió en 2012. Éramos un grupo de cinco amigos que estábamos estudiando el profesorado de pintura. Había mucha energía alrededor del arte y de la política. Todos buscábamos hacer algo transformador e hicimos de todo: muestras, exposiciones callejeras, poesía, pintura”, dice Lerena.
El muralismo, sin embargo, no fue parte del origen del Grupo Sismo. Según cuenta Lerena, “como experiencia, no existía para nosotros. Conocimos el muralismo un poco después, cuando ganamos un concurso de la universidad que nos permitió hacer nuestro primer mural”.
Fue en esta disciplina donde los artistas marplatenses descubrieron un vasto espacio de exploración que los atrapó y que los llevó a recorrer toda Latinoamérica estableciendo lazos con artistas de la región. “Nosotros buscábamos distanciarnos de manera natural y positiva de los espacios clásicos de la pintura, como pueden ser la galería o los museos. Necesitábamos un espacio sin mediadores y el arte urbano nos dio muchas respuestas. En esa primera experiencia con el muralismo, descubrimos un arte que está disputando constantemente la atención de la gente, que puede llegar a una persona en cualquier momento, sorprenderla y transformar su mirada”, dice Lerena que, junto a Ledesma y bajo la firma del “Grupo Sismo”, comenzó a llenar el país con murales cargados de elementos simbólicos donde los animales y la naturaleza tienen un lugar protagónico.
“Con Massi nos apasionó la retórica a través de una naturaleza con tintes de realismo mágico. Siempre buscamos que nuestra expresión artística tenga algún elemento a develar. Entendemos que las obras adquieren sentido a través de lo que el espectador le aporta, por eso salir a la calle fue para nosotros tan importante. A veces, el motivo de nuestros murales está más oculto, otras veces es más explícito”, cuenta el artista, que hace años viene trabajando en la serie “Sudestada”, dedicada a tratar temáticas sociales y ambientales.
Si su primer mural fue un punto de quiebre para los pintores marplatenses, la segunda obra determinante en la historia del Grupo Sismo tuvo lugar en 2021, cuando realizaron en el barrio La bajada de Rosario un monumental mural en homenaje a Lionel Messi que recorrió todo el mundo. “Fue un antes y un después. No solo fue nuestra posibilidad de pasar al gran formato, que era nuestro sueño, sino que también nos permitió demostrar el valor que tiene invertir en estos proyectos culturales. Hoy en día esa zona se transformó en una suerte de museo”, dice Lerena.
Si el clima acompaña en Mar del Plata, quienes pasen por la calle San Juan y Avenida Colón probablemente podrán encontrar a Fernando Lerena y Maximiliano Ledesma, colgados a diez pisos de altura y terminando de pintar alguna gaviota de su monumental obra “Mensajeras”. “Son casi quinientos metros cuadrados y trescientos litros de pintura. Es una obra muy grande en todo sentido. Tenemos un equipo de arquitectos e ingenieros que están atrás, resolviendo temas de logística y de seguridad”, contó Lerena.
“El paño que nos queda por pintar es bastante más complejo que el primero, porque tiene más figuras, más elementos. Si todo sale bien, en dos semanas y media vamos a estar terminando”, adelantó el artista, que se muestra entusiasmado con el presente del Grupo Sismo. “Yo creo que de a poquito se está empezando a poner el ojo en este tipo de emprendimientos culturales y artísticos que enriquecen a la sociedad. Nosotros sencillamente queremos seguir creciendo, queremos seguir dándole forma a la realidad que nos rodea a través del lente con el que estamos viendo el mundo. Creo que la gente nos está diciendo que sigamos por este camino, por el cariño que nos devuelven, por todo lo que nos vuelve como artistas”, concluyó.