El astronauta 6 puntos

Spaceman, Estados Unidos, 2024

Dirección: Johan Renck

Guion: Colby Day, basado en la novela de Jaroslav Kalfar

Duración: 117 minutos

Intérpretes: Adam Sandler, Carey Mulligan, Isabella Rossellini, Lena Olin, Kunal Nayyar y la voz de Paul Dano.

Estreno: Disponible en Netflix.

Lejos de la grandilocuencia de superproducciones como el díptico Duna o cualquiera de los episodios de La guerra de las galaxias, El astronauta, dirigida por el sueco Johan Renck, ofrece un abordaje de la ciencia ficción mucho menos ampuloso. Sin llegar al minimalismo de películas de culto como Primer (Shane Carruth, 2004) o Coherence (James Ward Byrkit, 2013), El astronauta propone un relato simple, resuelto en pocas locaciones y con un elenco acotado. Claro que se trata de escenarios que demandan un gran trabajo de producción y de un elenco al que le sobran estrellas. Empezando por Adam Sandler, que redobla los esfuerzos por alejarse de la comedia, su zona de confort, siguiendo con la gran Carey Mulligan, nominada al Oscar por su papel en Maestro, un ícono del cine como Isabella Rossellini y un interprete del prestigio de Paul Dano. 

Jakub es el primer astronauta checo, quien lleva casi 200 días en el espacio en un viaje de exploración hacia una formación cósmica anómala, que apareció en las cercanías de Júpiter. En lugar de centrase en cuestiones que la conducirían al terreno de la aventura o la acción, El astronauta desarrolla su relato poniendo el foco en la forma en que las emociones del protagonista han evolucionado, dentro de ese particular contexto en el que le toca vivir. Para ello, en lugar de asumir un punto de vista externo Renck decide anclar la puesta en escena en la percepción de Jakub, distorsionada por el estrés del aislamiento. Incluso podría decirse que se trata de una nueva utilización cinematográfica del ya famoso Síndrome de la Cabaña, recurso habitual en el cine de terror de El resplandor para acá, pero ahora ambientada en una nave espacial. 

Las veces que Sandler se permitió salir de la comedia fue con buenos resultados. Así lo prueban Embriagado de amor, de Paul Thomas Anderson (2002), Diamantes en bruto, de los hermanos Safdie (2019) y también El astronauta. Su expresión agotada y su actitud al límite de la desidia resultan oportunas para representar a Jakub, quien primero enfrentará una aparición que parece revelar emociones obturadas, pero con la que enseguida tramará un vínculo de dependencia, aferrándose a esa posibilidad de hacer desbordar su mundo interior. La convivencia de los viajes paralelos de Jakub -tanto el que lo lleva a través del espacio como el que realiza por lo inconsciente y lo reprimido, pero también otro más cercano a lo lisérgico- terminan por configurar un relato de ciencia ficción que llega a rozar el new age. Como una película de Terrence Malik pero con menos vuelo. Como Solaris sin la genialidad de Tarkovsky. Como Ad Astra, pero menos efectiva. Una película válida, pero que no puede evitar quedarse a mitad de camino.