Maximiliano Pullaro tendió alfombra roja para Mauricio Macri en la sede Rosario de Gobernación, le adjudicó protagonismo en el triunfo electoral del frente Unidos para acceder a la Casa Gris, le regaló un salame premium y lo declaró huésped de honor. El ex presidente, por su parte, le propuso ante testigos y sin vueltas la apertura de la Provincia a los negocios privados, privatizar servicios públicos y eliminar impuestos. Fue tan elocuente el jefe del PRO que las especulaciones acerca del motivo de su visita quedaron en segundo plano. Se barajaba que ayer vino a negociar el alcance del apoyo del santafesino al Pacto de Mayo que convocó el presidente Javier Milei. También que vino a tejer para la interna del PRO, donde alienta el operativo clamor para que vuelva a presidir el partido en pocos días, cuando Patricia Bullrich deje el lugar.
La presencia de Macri en la sede gubernamental en Rosario colmó el salón Rodolfo Walsh de legisladores, concejales, presidentes comunales, y dirigentes del PRO de diversos puntos de la provincia, y también el gabinete pullarista en pleno. Pero además, se contaron varios referentes partidarios del macrismo venidos desde distintas provincias, y fue la vicegobernadora Gisela Scaglia quien ofició de anfitriona para estos. Eso, y el fervoroso reconocimiento que le prodigó Pullaro, alimentaron la observación del poder interno que viene acumulando la galvense para buscar la presidencia del PRO en Santa Fe, más allá de su alineamiento inicial con Horacio Rodríguez Larreta. El radical la definió como "la mejor vicegobernadora de la República, mujer inmensa que no para", y desató una ovación sostenida.
Macri entró a las 16 por un portón lateral de Gobernación, lejos de la prensa. Estuvo media hora en charla privada con el gobernador antes de ir al meeting con funcionarios y dirigentes partidarios. Afuera los allegados aceptaban el rumor de la misión del ex presidente en recomponer el puente de gobernadores con Milei, y establecer los términos del apoyo que Pullaro le brindará, si acuerdan el toma y daca de recursos y tributos. Una continuidad del encuentro que habían tenido semanas atrás en Buenos Aires.
Luego, en público, Pullaro lo elogió como "pieza fundamental, el PRO, en haber logrado el cambio de gobierno en Santa Fe", así que abrió el brazo y le dijo: "Siéntase como en su casa". A un costado estaba Pablo Javkin, como intendente. Al lado de Macri estaba Scaglia y también Cristian Cunha, más por ser el apoderado del PRO en la provincia, de la mano de Federico Angelini, que por ser secretario de Cooperación. Allí quizás se dirima la interna del partido en octubre, con Macri equidistante, que evitó pronunciarse por uno u otro.
Pullaro dijo que no lo hizo entrar a Macri por la puerta principal de calle Santa Fe porque allí están familiares de presos de la cárcel de Piñero en reclamo de tratos dignos intramuros.
"Protestan como si esas personas no hubieran hecho nada malo. Debemos controlar la cárcel para controlar la calle. Hasta hace 90 días esos presos tenían teléfonos celulares y mandaban a matar. Deben entender que si no cesan seguiremos ajustando tuercas y no la van a pasar bien", desafió en una jornada plagada de conjeturas acerca del motivo por el que dos personas asesinaron a sangre fría y sin afán de robo al taxista Héctor Figueroa.
También habló de "fortalecer el sistema productivo" y de modo tácito pareció apelar al Ejecutivo nacional y la puja por las retenciones al agro: "Hay que entender el ADN de nuestro campo, nuestras unidades productivas familiares, lejos de los latifundios".
Macri paseó sus recuerdos vinculados a Santa Fe, como empresario, como presidente de Boca, y como político cuando Miguel Torres del Sel casi se consagra gobernador (evocación muy aplaudida).
"Como se propone el presidente Milei en devolverle la libertad a la gente, Santa Fe tiene mucho para hacer en ese sentido y erigirse en el motor que siempre es y que traban. Debe recuperar la seguridad, y con tu coraje, Maxi, y el apoyo de Nación, los narcos quedarán patas afuera de la provincia", auguró.
Luego exhortó al gobernador y a todo el auditorio PRO, radical, socialista, etc, a "focalizar en infraestructura, hacer más puertos, reducir los impuestos, sobre todo Ingresos Brutos, el más bruto de los impuestos, hay que desaparecerlo", ordenó.
En la misma línea, a caballo del clima de época, insinuó la privatización de la Empresa Provincial de la Energía: "Santa Fe tiene que dejar de tener la energía más cara para ser la más barata y así más competitiva", se animó.
"Santa Fe tiene para liderar el camino si reduce y ordena su Estado, dándole más lugar a la participación privada, incluso en los servicios públicos. En Europa hasta hay cárceles operadas por capitales privados a los que el Estado les paga por el hospedaje de cada preso", completó Macri.
Hasta se permitió un sesgo de nostalgia por el plan económico de la última dictadura cívico militar: "Cuando asumió el gobierno democrático en 1983 había solo 6% de pobres –mintió– y hoy hay 56%. Es evidente que necesitamos un cambio", finalizó.