La Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Laboral de Reconquista dio vuelta el fallo del juez Fabián Lorenzini y cuatro años después del inicio del concurso de acreedores homologó la propuesta de pago que le hizo la agroexportadora Vicentin a sus 1.700 acreedores.

De esta forma allanó el camino para que los "inversores estratégicos" entren a la empresa. Se trata de las agroexportadoras ACA, Viterra y Bunge, que se comprometieron a inyectar capital y se harán cargos del extenso plan de pagos para quedarse con el 95% del capital accionario de la empresa nacida en el norte santafesino.

En septiembre pasado, el juez del concurso, Fabián Lorenzini, había rechazado la oferta y habilitó el proceso de salvataje o cramdown como pedían los acreedores que rechazaron la oferta de pago. Vicentin apeló y logró dar vuelta esa decisión en la cámara.

El abogado de la firma Commodities SA, una de las que litigó fuerte en contra de la homologación de la propuesta, Gustavo Feldman, dijo que apelarán la decisión ante la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe.

"El fallo es tan burdo que los malandras están preocupados. La radicacion en la Corte implicará que esta vez ésta resuelva sobre el fondo de la cuestión instituyendo el salvataje y fulminando la propuesta fraudulenta", escribió en X. Aclaró que mientras tanto no habrá comienzo de ejecución del acuerdo homologado "porque sería todo nulo". Se refiere, claro, al caso de que la Corte en el futuro fallase en el sentido de las pretensiones de Commodities.

La Cámara de Apelaciones aceptó la propuesta de pago que había presentado la cerealera para saldar sus deudas, un pasivo que superaba los US$ 1.350 millones cuando entró en default.

De quedar firme el fallo, la agroexportadora podrá pagar la deuda a sus 1.700 acreedores en un plazo de 12 años. al tiempo que se pondrá en marcha un fideicomiso con os denominados socios estratégicos, que son quienes quieren entrar al paquete accionario de la compañía: Bunge, Viterra y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA). Ésta última, además, es acreedora.

La aceptación de la propuesta -y la posterior aprobación del concurso- era la condición indispensable que habían puesto estas empresas para inyectar capital en Vicentin. 

El caso fue resuelto con los votos a favor de la homologación de los camaristas de Reconquista Santiago Andrés Dalla Fontana y Mauricio Sánchez. El camarista de Rafaela que completaba el tribunal, Alejandro Alberto Román, se abstuvo.

"Consecuentemente, ni siquiera desde el punto de vista del exclusivo interés patrimonial de los acreedores quirografarios avizoro que aventurarnos a un incierto periodo de salvataje o de quiebra se presente como una mejor opción al acuerdo presentado a homologación", dice uno de los votos al revocar la decisión de primera instancia, que había habilitado la instancia de cramdown, es decir un periodo de salvataje de la empresa que se caracteriza en quitarle a la concursada la exclusividad de la oferta y abrir el juego para que cualquier otro interesado acerque una oferta como último paso antes de decretar la quiebra.

El voto mayoritario de los camaristas de Reconquista sostiene que "aún con las variables analizadas respecto del precio de recompra de acciones por parte de los interesados estratégicos, en la prognosis razonada que compete a este Tribunal, luce como la mejor opción de recupero parcial de sus acreencias".

“No es suficiente rechazar la homologación por entender que la propuesta podría haber sido mejor de otra forma”, dicen Dalla Fontana y Sánchez en un tramo del fallo en el que hacen notar que Vicentin, “siendo incapaz de generar un ofrecimiento a sus acreedores para afrontar la crisis con recursos propios, encontró la alternativa de que sean tres reconocidas empresas (ACA, Viterra y Bunge) las que aportarán fondos para la propuesta en debate”.

El compromiso de las tres agroexportadoras es aportar prácticamente 600 millones de dólares que permitirán afrontar pagos y tener capital de trabajo para que las instalaciones de Vicentin operen a pleno. Una de las patas flojas de la propuesta de Vicentin estaba en el futuro del Nodo Norte, como se conoce al conglomerado de instalaciones ubicadas en Reconquista y Avellaneda, que inicialmente no era la parte que interesaba, sino las instalaciones en Ricardone, Timbúes y San Lorenzo.