Un comunicado de ATE encendió las alarmas en el campo cinematográfico. Tras una reunión con el presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Carlos Pirovano, se difundió un documento donde se explicitan las medidas que la nueva gestión intentaría poner en marcha con el mismo espíritu de motosierra que ya afectó a otras áreas. Desde el gobierno no sólo se niegan a reincorporar a los 170 trabajadores despedidos sino que habría más, se cerrarían las plataformas digitales que hoy permiten el acceso a contenidos audiovisuales nacionales (Cine.Ar y Cine.Ar Play), se vendería el emblemático cine Gaumont, se privatizaría la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc) y se desfinanciarían festivales, programas y eventos como el Festival de Mar del Plata o Ventana Sur.
El diagnóstico es catastrófico. Muchos de los consultados por este diario confiesan su estado de shock, otros optan por una actitud más cautelosa y esperan confirmaciones oficiales por parte de las autoridades, varios planean reunirse para llegar a conclusiones colectivas pero la mayoría coincide en definir la situación como “un horror”.
Fuentes del Incaa confirmaron la información que circuló en el documento y Nicolás Vetromile, delegado general adjunto de ATE Incaa, contó: "Los trabajadores estamos con una preocupación enorme porque nuestros puestos de trabajo están en vilo. Los 170 despidos que firmó el señor Pirovano no son el último eslabón sino el primer paso para el desguace del Instituto, los programas, el Gaumont, la Enerc, el canal Cine.Ar, la plataforma Cine.Ar Play. Estamos en una situación única en la historia del Instituto: la destrucción total de todas las políticas públicas que venimos llevando adelante hace décadas".
El delegado señala que el Incaa no sólo es un espacio de fomento a la producción sino también a la exhibición de películas nacionales y dice: "Hay compañeros muy angustiados. Desde nuestro sindicato tenemos total apoyo y trataremos de articular con otros organismos en la misma situación". Vetromile adelantó una gran medida para la próxima semana y también el acompañamiento a las trabajadoras en la jornada de lucha del 8M.
Consultada sobre estas cuestiones, Cecilia Roth dice: "Estamos todos muy shockeados y eso impide un enfrentamiento. El señor Pirovano sabe poco de cine. Creo que es economista así que seguramente se dedica a las finanzas. Él estuvo con delegados de ATE, a quienes les dijo que no iba a estar cuatro años como presidente sino los cuatro meses que desde arriba –no se sabe quiénes– le dijeron que necesitaría para hacer el ajuste". Ese ajuste, según la actriz que protagonizó películas como Kamchatka o Todo sobre mi madre, consiste en "un desmantelamiento absoluto", lo cual supone "echar a toda la gente que trabaja ahí sin pensar en las familias". Para definir el perfil de esta gestión Roth utiliza un adjetivo que circuló bastante para reflejar la nula empatía de quienes hoy gobiernan: "Se los percibe absolutamente deshumanizados".
En la misma línea, el actor Daniel Fanego expresó: "De un gobierno que se está cargando todo el patrimonio nacional no me sorprende que quiera hacer lo mismo con nuestra cultura, nuestra cinematografía, los medios audiovisuales, los libros, la danza, el teatro. No sorprende porque también se está cargando la educación, la salud, las necesidades de los sectores más postergados, las jubilaciones, los niños, aquellos en situación de fragilidad que necesitan medicaciones especiales. No es esperable que gobiernen para el pueblo; han venido a terminar el desfalco que comenzó Mauricio Macri, vienen a consumarlo más rápido y con mayor brutalidad. Lo que uno debe hacer es oponerse, marcarlo y resistir porque son políticas planteadas para hacernos daño".
El plan de Pirovano es supervisar área por área para ver qué aporta cada una al fomento. Para cumplir los objetivos de la motosierra tendrían que vender el cine Gaumont y privatizar la Enerc. Roth revaloriza el Gaumont como ese lugar "donde se ven todas las películas argentinas, incluso aquellas que no tienen posibilidades de estrenarse en grandes cines" y cuenta que a lo largo de su trayecto profesional trabajó codo a codo con "muchos técnicos recibidos en esa escuela de cine que son convocados en todo el mundo por su altísima calidad". Otro de los puntos sensibles es la idea construida en torno a lxs trabajadorxs del sector. En relación a esto, Roth explica: "Lo metieron en la cabeza de una manera tan inteligente –porque no vamos a negar que la derecha maneja muy bien la comunicación a lo Goebbels– que le hicieron creer a la gente cosas delirantes, como por ejemplo que los artistas estamos ensobrados". Aún así, la actriz confía en que "la sociedad argentina quiere mucho a sus artistas, su cine y su teatro" y menciona el discurso de Pedro Almodóvar en los Goya, que pintaba un panorama similar a la situación argentina.
"Lo tremendo es que ya empezaron a echar gente, a los monotributistas no les renovaron el contrato", dice la actriz, y argumenta que los salarios de los trabajadores despedidos representan el 0,7% del presupuesto mensual. "No se los echó por razones de presupuesto sino por razones ideológicas, por 'comunistas', 'socialistas' o 'izquierdistas', palabras que se usan mucho". La artista también se ocupó de resaltar las ironías de esta gestión, ya que Pirovano se jactó de ser "democrático" por no haberle renovado el contrato a nadie. De aquí a julio se esperan más despidos y eso significa familias que no podrán pagar alquileres, comprar comida o conseguir otro trabajo. "Es de un nivel de agresión y odio muy fuerte, como una venganza. Nunca pensamos que esto podría suceder, creímos que era un payaso, que no haría nada de lo que decía, pero ese payaso ganó y aquí estamos. Necesitamos voces y cuerpos comprometidos contra esta locura antidemocrática, inconstitucional y avasalladora. El Congreso y la Justicia tendrán la penúltima palabra pero luego estamos nosotrxs para pelearla".
En 2023 Puan, de Benjamín Naishtat y María Alché, ganó dos premios en el 71º Festival de San Sebastián y el director dedicó la película a “las y los docentes que nos enseñaron a pensar en la educación pública argentina”. Milei aún no había asumido pero en las escenas de ese film ya podían detectarse vaticinios de lo que vendría. “Como muchos ciudadanos transito por estos días un estado de shock ante lo que parece una avanzada totalitaria con un mecanismo que se repite y es la receta consabida del fascismo: instalar una serie de falacias y desastres auto-provocados para luego avanzar destructivamente sobre tal o cual sector. En el caso del Incaa y de la cultura, se avanza contra nosotros no porque el cierre de la Enerc o la venta del cine Gaumont vayan a aportar demasiado al equilibrio fiscal, sino porque claramente somos sectores no alineados con el proyecto deshumanizante de la extrema derecha”.
Hay algo que ya se explicó hasta el cansancio: en términos de PBI, el aporte del Estado al sector fue históricamente ínfimo. “Si el Estado quisiera hacer un ahorro sustancial, podría avanzar sobre las exenciones impositivas que le otorga a Mercado Libre, que se calculan en 100 millones de dólares anuales", opina el director de Rojo. "Pero en lugar de eso avanza sobre la industria audiovisual, que no solo aporta un inmenso capital simbólico a nuestro país sino que genera trabajo de calidad y divisas”. Un dato curioso: varios entrevistados se encuentran fuera del país presentando sus películas en festivales internacionales, algo que revela el valor de la cinematografía argentina.
Sandra Gugliotta, directora y productora, se comunicó desde el Festival de Málaga –donde fue convocada como jurado– para compartir su mirada. "Es notable la importancia del cine argentino en el mundo. Acabamos de ser tapa de la revista Cahiers du cinéma", subraya. "En todos lados se está hablando del talento argentino y, al mismo tiempo, de la destrucción de Argentina. La noticia afecta a los europeos porque tienen conciencia de que el experimento de ultraderecha de Milei puede repetirse en otros lugares". Desde la perspectiva de Gugliotta, "destruir la cultura argentina, por su valor y su tradición, forma parte de sentar la bandera de un nuevo mundo" y por eso cree que la cultura se convirtió en el blanco de esta gestión. Con respecto a las medidas, opina que "tienen la misma matriz que las demás: destruir todo de la manera más rápida y radical posible para que no quede nada, porque no hay una segunda parte ni un plan para la producción o el trabajo".
Todos coinciden en rechazar la posible privatización de la Enerc. Naishtat recuerda que dio sus primeros pasos en la profesión gracias a un corto que filmó por el concurso Historias Breves, del Incaa, al que define como un “histórico semillero de nuestra industria”. El director y productor Fernando Spiner describe la institución como "una escuela de gran calidad, reconocida en el mundo, donde se forman directores, productores, guionistas y técnicos que nutren nuestra industria". Muchas carreras prestigiosas comenzaron allí. Para el director de Aballay, el hombre sin miedo, las medidas representan "un muy duro golpe a la cultura, la destrucción de una industria cultural que genera trabajo a decenas de miles de argentinos y da ganancias, que se autofinancia, trae capitales de su exportación y abre nuevos mercados".
Naishtat explica que el fomento audiovisual no proviene del tesoro nacional sino de gravámenes intrínsecos al consumo de cine y entretenimiento, por lo tanto, "esa plata no irá a combatir la pobreza sino que, por el contrario, consolidará la pobreza intelectual que es un objetivo estratégico de este régimen". El panorama que describe es tan desolador como certero: "Las coproducciones dejarán de venir a este país, miles de personas perderán su trabajo, se perderán oficios que pasan de una generación a otra y una parte de lo que somos, porque el cine es nuestro imaginario colectivo. ¿Qué es sino Nueve Reinas, reestrenada con éxito 20 años después? ¿Acaso no está también este presente miserable en esa gran película? Y es que, ante todo, el improvisado experimento libertario es una gran estafa", apunta.
"Todo este combo perverso apunta a entregar lo poco que nos quedaba de nuestro mercado a Hollywood, que se lleva la totalidad de las divisas que genera al extranjero y produce una penetración cultural que asusta. El cine argentino tuvo su época de oro y llegó a ser el principal exportador de cine a Latinoamérica, pero con maniobras espurias como ésta le fueron quitando la hegemonía que tuvo. Es un knock out para nuestra industria, que no sólo es de entretenimiento sino que construye nuestra propia cultura y nuestra memoria viva", declaró Spiner, y criticó el cierre del Gaumont, la derogación de la cuota de pantalla y el desfinanciamiento del Festival de Mar del Plata, "el único de clase A en el continente (al igual que Cannes, Berlín, San Sebastián y Venecia)", porque "destruye la posibilidad de ver un cine diferente de todo el mundo".
En relación al proyecto de vender el Gaumont, Gugliotta asegura que "es delirante" porque se trata de "un lugar que generó su propio público, su propia identidad y una circulación de películas". La productora opina que para el gobierno esto significa "vender un símbolo" porque la representación en términos económicos "es absurda" y subraya que "esto es absolutamente ideológico". La directora Andrea Testa agrega que es "un cine que siempre tuvo una política inclusiva con precios populares, donde pueden ir las escuelas para llevar adelante sus proyectos pedagógicos y es sede de ciclos y festivales como el Bafici".
El federalismo parece ser otro de los blancos preferidos del gobierno al desarticular estructuras como Incaa, FNA, INT o Télam, que tejen redes en todo el territorio. Para la directora de La larga noche de Francisco Sanctis la Enerc es valiosa por sus sedes regionales, que permiten que "los estudiantes puedan hacer un recorrido pedagógico para insertarse laboralmente y generar polos productivos en otras partes del país". "Ni siquiera la dictadura logró acabar con la cultura y nuestra identidad. Una serie de trasnochados haciendo locuras de un día para otro no van a terminar con todo. Por suerte la cultura está en cada uno de nosotros, no se acaba cerrando lugares o echando gente", aseguró Gugliotta, y Testa concluyó: "A este gobierno no le tiembla la mano para recortar, despedir, agredir, precarizar, pero vamos a enfrentar las futuras acciones con las herramientas que encontremos. Hay unidad de todos los sectores afectados y tenemos el desafío de dar vuelta esta batalla cultural".