El Supremo Tribunal Federal (SFT) de Brasil, la máxima instancia judicial, volvió a pausar la votación sobre la posesión y el consumo personal de cannabis, un proceso que podría desembocar en su despenalización.
El Supremo había empezado las deliberaciones en 2015, con la evaluación de un recurso presentado por la defensa de un preso, Francisco de Souza, condenado por esconder en su celda tres gramos de marihuana.
La decisión se pospuso por un pedido de vista, un mayor tiempo de análisis, por parte del juez José Antonio Dias Toffoli, sin fecha definida para reanudar el juicio. El proceso ya se interrumpió en varias oportunidades.
En qué está el juicio
Hasta ahora, cinco de los 11 jueces del alto tribunal votaron a favor de despenalizar la marihuana para uso personal, estableciendo "parámetros objetivos" de cantidad para diferenciar usuarios de traficantes.
Otros tres votaron en contra. Dos de ellos lo hicieron este miércoles.
Solo un voto favorable formaría la mayoría para la despenalización del porte de marihuana para uso personal, en una cantidad a definir.
La legislación actual, que data de 2006, castiga a quien "adquiera, guarde, transporte o traiga consigo, para uso personal, drogas sin autorización", incluido el cannabis.
Si bien las penas son leves para los consumidores -prestar servicios comunitarios o participar en un programa educativo-, la ley deja a criterio de los jueces determinar si el portador es usuario o traficante, que debe hacer frente a duras penas de prisión.
El debate
Según documentos de la Corte, los magistrados propusieron una franja de entre 25 y 60 gramos, o seis plantas hembras, que producen el THC, la sustancia psicoactiva. Los abogados de Souza alegan que la legislación actual sobre drogas "ofende el principio de la intimidad y la vida privada" previsto en la Constitución.
Al votar a favor de la despenalización en agosto, el juez Alexandre de Moraes condenó la ley antidrogas existente, que castiga principalmente a "los jóvenes, especialmente los negros sin educación, que son tratados como traficantes de drogas por poseer pequeñas cantidades".
Sin embargo, el asunto sigue siendo controvertido en Brasil por organizaciones conservadoras que se oponen fervientemente a despenalizar. De hecho, el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, anunció que buscaría incluir la prohibición en la Constitución.