Sonamos Latinoamérica se lanzó en 2006, en Santa Fe. Cinco años más tarde, un grupo de músicos rosarinos decidió replicar la experiencia en la ciudad, incorporándose así a un entramado que incluye nodos en Colombia, México, Perú, Venezuela y algunas localidades europeas. "Se va armando una red de música latinoamericana. Esa necesidad de replicar el festival nace de los mismos artistas que participan", apunta entonces Marco Kofman, integrante del equipo organizador del Sonamos en Rosario, que hoy iniciará su festival central, que se extenderá hasta el domingo.

Para el músico y organizador, la potencia del Sonamos se traduce precisamente en esa ramificación: "Me parece que acá en Argentina se da la particularidad que estamos muy acostumbrados a este trabajo de juntarnos, de organizar actividades. Eso contagia muchísimo. Me parece que el principal logro del festival, o el más visible, es la multiplicación de sedes y la multiplicación de una forma de trabajo colectivo en relación a la difusión del arte".

A seis años de su primera edición en Rosario, el Sonamos evidenció además un crecimiento interno, que deriva en actividades que se van sosteniendo a lo largo del año, incluyendo espacios de formación para docentes y niños: el pasado martes, 800 jóvenes participaron del Sonamos para los Chicos, concierto didáctico que funcionó como antesala de la programación central, que hoy a las 21 tendrá su lanzamiento en Distrito Siete (Ovidio Lagos 790) con la actuación de Ensamble Baquiano (Colombia), Markay Labritjara (grupo de danza de San Marcos Sierra), Mami Wata (banda rosarina de rumba cubana y el Ensamble de Música de Brasil.

Mañana, a las 21.30, los conciertos continuarán en el Gran Salón de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085, quinto piso) donde compartirán escenario Consuelo Jerí de Perú, el trío Ruperto‑Tico‑Páez de Venezuela y el terceto argentino Luis‑Pato‑Gentilini. En ese mismo espacio, el domingo a las 21 se desarrollará la función de cierre con Trío Picaporte de Colombia, el Ensamble de Costa a Costa y los también colombianos Guarura.

‑ Sonamos Latinoamérica encuentra puntos de contacto con la experiencia del Encuentro Nacional de Músicos de Rosario, ofreciéndose incluso como un buen complemento a partir de su carácter latinoamericano.

‑ Marco Kofman: Sí, claro. Pensá que todo el grupo de artistas que estamos detrás de Sonamos Latinoamérica tenemos alrededor de 30 años y para nosotros el Encuentro Nacional de Músicos es como un faro. Aprendimos ahí la magia del encuentro, de los talleres, de los seminarios, del intercambio. Esa experiencia nos enriqueció muchísimo. Además hay otra cuestión que tiene que ver con que las músicas que llegan al festival son músicas que están por fuera de los circuitos comerciales y los artistas que llegan tienen también una larga trayectoria en la docencia. Todo ese bagaje que traen en relación a lo pedagógico es un aporte muy importante. Porque además son músicas que se transmiten así, con el contacto con los cultores. Eso es esencial.