La UOM de La Matanza realizó este jueves un paro histórico en Acindar: por primera vez logró un acatamiento del ciento por ciento. En simultáneo, crecen los conflictos San Nicolás y su vecina santafesina, Villa Constitución. Las plantas afectadas por la decisión de la acería multinacional ArcelorMital son esas tres y una de Rosario. Dos en la provincia de Buenos Aires y dos en la provincia de Santa Fe
En ese contexto, el secretario general de la UOM a nivel nacional y ex diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, Abel Furlán, señaló que "Milei no tiene a los sectores productivos en su radar, y nunca habla de trabajadores ni de industria".
También cargó contra uno de los grupos empresarios del sector al afirmar que "el grupo Techint, en diciembre, incrementó el valor de la chapa casi en un 100 por ciento, han hecho un festival con los precios del acero en los últimos 90 días, y eso lo pagó el pueblo argentino".
Su par de la seccional La Matanza, con jurisdicción sobre la planta de Acindar en La Tablada, Esteban Cabello, explica detalladamente la situación: "Van a cerrar las cuatro plantas, pero no en simultáneo, sino de acuerdo a la etapa del proceso industrial, porque no todas hacen lo mismo. Nosotros, en La Tablada, hacemos trefilación con lo que ellos funden. Si ellos dejan de fundir, no tenemos cómo hacer los alambres e insumos para el campo. Nos toca parar desde el lunes 18".
El conflicto de fondo es salarial ya que, según dicen, la empresa quiere suspender a los trabajadores para no pagarles el salario completo durante ese mes, aunque los trabajadores advierten que esas suspensiones necesitan de sus firmas. "Nosotros tenemos el mismo salario de noviembre, con 70 puntos de inflación en el medio, entonces no vamos a aceptar ninguna suspensión si no actualizan salarios", afirman a Buenos Aires/12. "Había una conciliación obligatoria que terminó el lunes. En estos días lo explicamos en asamblea y todos los trabajadores lo aceptaron. Por eso hoy no fue nadie a trabajar."
La planta de Acindar en La Tablada tiene hoy 400 empleados. Llegó a tener 4 mil en su mejor momento, antes de la dictadura. Es tan grande que buena parte de lo que entonces era industria se aprovecha ahora como depósito.
Además del cierre transitorio de sus plantas en el país, la empresa despidió recientemente a 250 trabajadores, entre 150 tercerizados y 100 contratados. El principal argumento para el ajuste es la falta de demanda de sus productos, en el contexto de una caída general y abrupta del consumo y la actividad económica, que algunos economistas ya comparan con 2001.
Sus distribuidores no venden ni al campo ni a la industria ni a la construcción, sus principales mercados. Entonces los stocks no bajan y la empresa prefiere frenar la producción.
Uno de los grandes clientes de Acindar era el conjunto de contratistas del Estado, a través de la obra pública, que compraba varillas, perfiles y hierros de construcción en general. Se trata del primer sector atacado por la motosierra, cuyas consecuencias comienzan a hacerse visibles ahora. Arcelor Mittal, una de las principales siderúrgicas del mundo, acaba de comprar una empresa en Estados Unidos por 14 mil millones de dólares.
San Nicolás y Villa Constitución
Acindar cuenta con más de 3000 empleados y 80 años de trayectoria en Argentina. Tiene dos plantas en la provincia de Buenos Aires, una en la localidad de La Tablada, partido de La Matanza, y otra en San Nicolás. Esta última, pertenecía originariamente a Somisa, la empresa pública que el menemismo privatizó durante los años noventa, convirtiendo a la ciudad en una de las de mayor índice de desocupación del país.
La empresa no constituye un caso aislado. En la planta de San Nicolás de Siderar, empresa del Grupo Techint, que encabeza el aliado del gobierno Paolo Rocca, según denuncia el sindicato se dan “despidos hormiga, de a uno, dos o tres trabajadores, por debajo del radar, para evitar un conflicto masivo”, al tiempo que presionan a los trabajadores de más de 50 años para que acepten retiros voluntarios.
También peligran los casi 200 empleos de Motomel, que ensambla motovehículos con alto porcentaje de componentes procedentes de China, cuyo ingreso al país se encuentra muy restringido. El miércoles, a pocos kilómetros de allí, en el partido de Ramallo, el frigorífico Arre Beef suspendió a 200 trabajadores. El principal mercado del frigorífico es China y sus compras cayeron abruptamente a partir del inicio de la gestión Milei y su oscilante relación esa potencia.
Este jueves, encabezada por la UOM de Villa Constitución, y apoyada por el resto de la CGT local y varios sindicatos nicoleños, una nutrida manifestación cortó la ruta 9 en el límite interjurisdiccional entre las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, por el cierre de la planta local de Acindar.
El secretario general de la seccional Villa Constitución de la UOM es Pablo "Piparra" González, quien sostuvo que "la movilización no es sólo en defensa de los trabajadores de Acindar sino de todo el pueblo, porque si Acindar cierra, acá no va a quedar nadie. Ellos ya anuncian suspensiones, sin haber hablado ni acordado con nosotros, si lo hacen realmente, el conflicto sigue y nosotros seguimos en la ruta como hoy", explica el dirigente. González agrega que "entre los despedidos hay gente que votó a Milei, muchos de ellos contratados y ahora, de a poco, van asimilando lo que significa. Si entra acero chino al país no hay más trabajo para nadie", advierte.
“Villa Constitución tiene una cultura muy particular. Acindar es el principal empleador y principal contribuyente. Todos, del almacenero al empleado municipal, saben que el pueblo es Acindar- dependiente. Entonces se movilizan para defender lo que les corresponde, del primero al último”, explica un sindicalista de la localidad vecina.
De hecho, se armó una multisectorial donde, además de los sindicatos, están los estudiantes, comerciantes y pymes entre otras representaciones. El viernes 8 culmina la conciliación laboral dictada por el gobierno y la multisectorial se encuentra alerta, a la espera de posibles anuncios de despidos.
El conflicto se desarrolla a pocos kilómetros del predio donde funciona Expoagro, la feria tradicional del agronegocio argentino, que la poderosa familia Passaglia le alquilan al Grupo Clarín. Tal como informó este diario el lunes por la noche, el gobernador Axel Kicillof asistió, en calidad de orador, a la cena de expositores, acompañado de su ministro Javier Rodríguez. Allí pidió una marcha atrás de las medidas que afectan a Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.
El miércoles estuvo el presidente Javier Milei. El intendente Santiago Passaglia hizo malabares para esquivar la foto con él, disgustado porque el clan esperaba que el gobierno designara a su hermano Manuel al frente de ANSeS, algo que hasta acá no ocurrió.