Miguel Lifschitz se sumó ayer en Buenos Aires a una reunión de los gobernadores peronistas en la que cuajó la intención de unirse y consensuar reclamos para cuando el presidente Mauricio Macri los convoque y les haga sentir la derrota que les infligió en las elecciones legislativas. Los convocantes de la cita no cantaron la marchita, pero le expresaron al gobierno que de ahora en más ellos son sus interlocutores de la oposición. Y en cuanto al socialista rosarino, asistió como mosca blanca para pertenecer a algún colectivo de intereses comunes que le permita pararse mejor ante el gobierno nacional y sus alfiles locales en los dos años que le quedan de mandato.
Que la redistribución del Fondo del Conurbano no sea definida por la pretensión de la bonaerense PRO María Eugenia Vidal ni por la Corte, sino por la presión política que ejerza este bloque de provincias, es un planteo central. Y lo otro se resume en la discusión que se empezará a calentar en torno a distribución de recursos en la relación Nación con provincias (las amigas y las que no lo son): coparticipación, impuestos, aportes del Tesoro y obras públicas. Los gobernadores enhebraron un discurso común como para recordarle a la Casa Rosada que Cambiemos aún no tiene ni quórum propio en el Congreso y que más le vale negociar con ellos.
El gobernador santafesino fue el único extrapartidario en una mesa de quince provincias, entre mandatarios y algunos emisarios, administradas por el justicialismo en todas sus variantes, con el jefe del bloque PJ-FpV del Senado, Miguel Pichetto, como si fuera el anfitrión aunque la cita fue en la sede del Consejo Federal de Inversiones, en el microcentro porteño.
"La idea era coordinar posiciones respecto de las convocatorias que hará el gobierno y el debate que se dará en el Congreso de aquí a fin de año", relató Lifschitz al término de la reunión. A pesar del sesgo peronista de la convocatoria, el socialista no se sintió tan sapo de otro pozo porque todos esos marcaron distancias con la ex presidenta y senadora electa Cristina Fernández de Kirchner.
Como señal de buena voluntad, los gobernadores decidieron asistir al convite de Macri del lunes próximo, en el Centro Cultural Kirchner, aunque deberán compartir auditorio con empresarios, gremialistas y referentes universitarios. "Será más un acto que una reunión", lamentó Lifschitz. Hubiesen preferido que primero los hubiera recibido a ellos de manera exclusiva. Esa ocasión llegará el 9 de noviembre, según la prensa porteña. Y allí es donde este bloque en ciernes de gobernadores -donde sólo Lifschitz y el neuquino Omar Gutiérrez no son peronistas- intentarán plantar bandera ante la envalentonada ofensiva amarilla.
"Sobre el Fondo del Conurbano queremos una alternativa que mejore las finanzas de Buenos Aires, pero no en desmedro del resto de las provincias. La solución debe ser política", precisó Lifschitz. Como prenda de cambio, está la intención de Casa Rosada de que las provincias disminuyan su presión tributaria interna, como con los impuestos a Ingresos Brutos y de Sellos, dos gravámenes que a Nación no les importa porque no los recauda. "Pero los dos distritos con carga tributaria más alta son justamente Ciudad de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires, que gobierna Cambiemos. Así que hay mucho para discutir sobre cómo el Estado genera recursos y cómo los distribuye", apretó el jefe de la Casa Gris.
En la agenda aún quedan la renovación de la ley del Impuesto al Cheque -vence este año- y el impuesto a los revalúos fiscales que el gobierno central quiere aplicar. "¿Cómo piensan coparticiparlo? ¿Y qué impacto tiene en las provincias la disminución de las retenciones? El gobierno todavía incumple la obligación de cubrir el déficit de las cajas previsionales de las 13 provincias que no la transferimos. Todo eso en debate, y todos juntos, porque si cada provincia se corta sola, perdemos todos", abundó. "Hay muchos recursos además de la coparticipación y que se reparten discrecionalmente, como la obra pública, las viviendas, los ATN...", añadió Lifschitz.
Los ministros de Economía provinciales irán el martes al Palacio de Hacienda, y luego será la cita de los gobernadores con Macri. "La negociación será importante: el gobierno salió fortalecido de la elección, pero no tiene mayoría, y la mayoría de los gobernadores tiene legisladores afines", advirtió.