El último show del Ministerio de Seguridad llegó rápido a su fin. El joven que había sido detenido por supuestas amenazas a Javier Milei y a quien la Policía Federal (PFA) consideró comprometido porque en sus redes sociales "demostraba tener un pensamiento ideológico muy apegado a la propaganda política de la ex Unión Soviética", fue excarcelado en menos de 24 horas. En un comunicado que había difundido el ministerio de Patricia Bullrich, que repasaba como un triunfo la actuación policial, decía que se trataba de alguien "con vínculos con grupos comunistas que podrían llegar a realizar acciones que atenten contra el orden público". Cuando le allanaron la vivienda no encontraron ni armas ni nada relacionado con un posible ataque terrorista, como sugería quien lo denunció. Sólo le pidieron el celular y lo entregó. El juez federal Julián Ercolini evaluó que el hombre carece de antecedentes penales, que no había peligro de fuga, ni de entorpecimiento de la investigación.
La batalla cultural
La noticia que difundió Seguridad titulaba: "La Policía Federal detuvo a un joven acusado de amenzar de muerte al Presidente de la Nación". Decía que estaba "sospechado de planificar un atentado contra la integridad física del Presidente" y que lo había identificado la División Delitos Constitucionales. Contaba que el origen de la investigación había sido una discusión política en Instagram con el usuario que lo denunció. Y luego hablaba de su perfil "ideológico" y su vinculación con comunistas que, vaticinaba, podrían cometer un atentado. Eso siempre según la Federal, que anunciaba su detención por "intimidación pública".
El mismo día por la mañana, ante el desmayo de uno de los estudiantes que escuchaban su diatriba en el que había sido su colegio (Cardenal Copello), el presidente Milei se mofó: "Como verán, nombrar a los comunistas es tan peligroso que genera problemas siempre". Con desprecio ofreció su mirada actual: "Estábamos tan pero tan contaminados de socialismo, teníamos tanto rojo encima, que lo natural era que la revolución fuera liberal". Equiparar al socialismo, el comunismo o la izquierda con algo hasta delictivo es el modo que usa Milei para librar parte de su "batalla cultural".
La historia
Todo había empezado en una discusión por Instagram, como decía la PFA. El denunciante se llama Marcelo Martínez y a mediados de febrero había llamado al 911 de La Plata. Allí dijo, según transcribió la policía: "Que recibió un mensaje intimidatorio por la red social Instagram del usuario @JIGNACIODELVALLE", que "refiere que planea hacer un atentado contra las futuras marchas a favor del Presidente de la Nación, y asimismo planeaba colgarlo, que la persona amenazante era miembro de una organización terrorista y además amenazó con pegarle (a él) un tiro en la cabeza". Según otros detalles que proporcionó: "Todo surge a raíz de un comentario que le hice en contra de un dirigente piquetero, me manda mensaje personal, entonces lo acepto porque pensé ... se parece a un amigo mío". Ahí comenzó el intercambio.
A partir del relato de Martínez se abrió una causa penal. El fiscal Ramiro González la impulsó y pidió varias medidas. Ante todo, identificar al presunto autor de la supuesta amenaza, que resultó llamarse Juan Ignacio Gómez Vera, de 29 años. Vive en la zona de Villa Ortúzar. Lo vigilaron, allanaron el lugar y analizaron sus redes sociales.
El informe de Delitos Constitucionales decía que su perfil de "X" (exTwitter), donde lleva el mismo nombre que en Instagram, tiene una foto con "una remera color verde oscuro con un logotipo en el cual se visualiza el símbolo del partido comunista" y "la sigla CCCP (vinculada a la ex Unión Soviética)". Tiene 17 seguidores. "Me gusta jugar a ser actor", dice en su descripción, que agrega que le gusta el "nu metal" y es escorpiano. En Facebook aparece con su apellido real. El reporte policial lo describe así: "Se visualiza una persona encapuchada con un pasamontaña, vistiendo un buzo color negro con la imagen del 'Che Guevara', sosteniendo un arma larga, similar a una escopeta, y con la bandera de la ex Unión Soviética de fondo". Los chequeos arrojaron que no está inscripto como legítimo usuario de armas. Su Instagram es privado.
Los chats los aportó el denunciante. Es una conversación privada. Ambos se preguntan y se contestan. Por momentos todo suena a desvarío. Parecen dos personas con problemas psicológicos. Algunos textuales:
Gómez Vera: Que nazi cagón t voy a llenar d plomo. Se les viene la noche en todo el país y el mundo. Pronto serán EXTERMINADOS. Sorete. Slava Stalin.
Martínez: Jajaj nene, si defendés a los que arruinan el país el que estás extinto sos vos, y en todo caso yo no milito para nadie.
Gómez repite "te voy a llenar de plomo el cráneo en estos días gil" y Martínez le responde "No seas malo, y xq??". Respuesta: "Por decir q la CIA debería desaparecer a todo aquel q incomode al poder. Fascista, cagón, descerebrado, ignorante". Agrega: "Si crees en milei Macri Caputo Hitler Musolini sos un nazi de mierda". "Vende patria...".
Martínez le formula esta pregunta: "Y con el presidente que vas a hacer??"
GV: Fusilarlo. O colgarlo. Como a musolini.
M: Y en serio crees que el socialismo es lo mejor?
GV: No se trata d creencias. Está comprobado.
El ida y vuelta se extiende. Martínez le dice "no amenaces a tanta gente porque te van a denunciar y te van a buscar". Hasta le pregunta "Y cómo te definís, serías vengador nacionalista?". Gómez: "JAJAJA NO. Un patriota revolucionario. Marxista leninista". E insiste: "A toda la escoria fascista como vos los voy a fusilar en masa este año. Muerte al liberalismo. Y al fascismo. Y al imperialismo. Larga vida al comunismo. Tenés los días conta2. Camina por la sombra xq sos pollo". Martínez parece tomarle el pelo. Se la sigue así: "Te confundiste con mi ideología pero bueno dale". Hay tramos reiterativos aunque Martínez trae otro tema que hace poco infló Milei: "Para mí la música no debería mezclarse con la política y esos artistas cobraban del estado que vos también odias". El otro lo ilustra: "El arte siempre tiene un mensaje socio político sea este explicito o no".
Primeras conclusiones
El informe policial resalta las frases de Gómez que aluden a fusilar, así como "Hamas un poroto aliado de mí organización revolucionaria", y las referencias al comunismo. "Resulta evidente la ferviente ideología en favor de la ex Union Soviética", advierte.
La conversación entre denunciante y denunciado parece un sketch de Peter Capussotto, más allá de lo cual es atinado que el fiscal González haya pedido el allanamiento y que Ercolini lo concretara. Más aún en tiempos de creciente violencia discursiva -muy fomentada por los libertarios, lo que incluye al Presidente- que, como ya es sabido por las experiencias surgidas de Revolución Federal y el atentado a Cristina Kirchner, puede pasar al acto sin más. La realidad es que a Gómez Vera no le encontraron nada hasta el momento. No puso ninguna resistencia ante los requerimientos policiales con lo cual la detención era solo para los medios. Ahora analizarán el contenido de su teléfono.
En la indagatoria se negó a declarar. Y algo muy relevante: le imputaron el delito de "amenazas" que no es lo mismo que intimidación -que puede implicar prisión efectiva- como quiso imponer la PFA al difundir el arresto. En ningún momento se consideró parte de la acusación penal la ideología, las referencias al comunismo y la URSS. Ese es el circo de Bullrich en sintonía con Milei. Ya en enero la ministra había anunciado con toda la pompa que habían detenido a tres sirio-libaneses que podían cometer un atentado como el de la AMIA: eran un peluquero, un jugador de ping pong y un sujeto que alardeaba de ser mercenario sobre los que no se encontró ni una prueba.