“Sobre las distintas significaciones atribuidas a la palabra ‘libertad’ en nuestra sociedad actual, necesitaríamos otra entrevista entera”, aclara Eugenia González durante la charla que, por su doble perfil desde la política y el psicoanálisis, tomó un rumbo que por estos días forma parte tanto de los análisis mediáticos, como de las charlas de pasillos y sobremesa: los gestos y mitos con que el presidente Javier Milei construye poder.

Vos tenés una pata en la política y otra en la psicología, ¿se puede decir que es un poco lo que hace Milei desde la práctica, esconde su política tras una performance emocional?

Sin dudas las diversas medidas y actuaciones que ha tenido este gobierno en estos primeros tres meses de gestión, podrían analizarse desde la Ciencia Política, o desde la Psicología Política. Existe mucho material que puede ser -y ya está siendo- objeto de estudio e interés para ser abordado por ambas áreas del conocimiento.

El presidente Milei y su gobierno, -como se suele hacer desde las distintas gestiones estatales- en aras de promover y fortalecer ciertas políticas públicas e ideas, en detrimento de otras, hacen uso de recursos y herramientas provenientes desde ambas disciplinas. Por momentos puede observarse que estos usos que hace el gobierno nacional de recursos provenientes de estas áreas, resultan voluntarios y conscientes. En otros momentos se evidencian en el marco de escenas presentadas como “accidentales”, o que “irrumpen” dentro de discursos, entrevistas o declaraciones públicas, no sólo por parte de Javier Milei, sino de distintos miembros del gobierno.

Es innegable que los aspectos “emocionales” vinculados a su figura, forman parte de una imagen promovida y a la vez construida socialmente. Esto lo ha llevado a ocupar el máximo cargo público de la Nación, ya que esta vez no primó sólo la figura de un “hombre común”, como se ha requerido por parte de la sociedad en elecciones presidenciales anteriores. Más bien ahora la figura que se erigió fue la de un hombre, que si bien no provenía de la política tradicional, mostró (y muestra) un hartazgo emocional (expresado en lo que la prensa muchas veces denomina como “desestabilización”, “arrebatos” o “exabruptos”) con las formas usuales de hacer política hasta el momento. Podría decirse que distintos sectores de la sociedad se sienten identificados por esas nuevas formas, así como por lo contrario, existen otros que manifiestan rechazo hacia ellas, y que le demandan al presidente conductas propias de un primer mandatario y ya no de una figura mediática, como la que se ocupó de construir durante los últimos años.

Podría relacionarse el acento puesto en estos rasgos emocionales por parte de LLA, como uno de los aspectos incluidos en la cruzada por llevar adelante una anti-política. Más actitudes “humanas”, como el enojo, la furia, la rabia y la agresión, y menos tratamiento, debate público, comunicación abierta, de lineamientos políticos en torno a las medidas a implementar.

¿Crees posible un Acuerdo Nacional, como el convocado por Milei, sin una discusión previa sobre el tipo de federalismo que Argentina quiere construir?

Yo creo que esta pregunta habría que hacérsela al propio presidente Milei, porque no creo que este Acuerdo Nacional sea parte de lo que auténticamente se plantea promover desde el Gobierno nacional. En esta tonalidad “emocional” que venimos discutiendo desde la pregunta anterior, pienso que el presidente y los miembros de su gestión, han presentado una línea confrontativa de un tenor muy fuerte. A la vez muestran un “dialoguismo” selectivo, ya que con algunos sectores con los que se confrontaba previamente (como por ejemplo dirigentes nacionales de JXC ), se abrió el diálogo de manera muy rápida, mientras que con otros (por ej. los gobernadores), la confrontación ha pasado por momentos muy duros y muestra idas y vueltas. Las noticias en la Expo Agro vinculadas a la amenaza esgrimida sobre el cierre del Congreso en caso de no acordar, y el otro “exabrupto” -imposible de reproducir en esta entrevista-, son muestras de que ese acuerdo nacional aún se encuentra lejos. Viene bien recordar a Jürgen Habermas y su propuesta consensualista, que recibió críticas por ser, en los hechos, poco realista. Pienso que en este caso, vemos algo de eso en nuestra realidad nacional.

En relación al federalismo a construir, creo que las posiciones están claras. El presidente ha dado muestra de haber querido avanzar sobre ciertas potestades de los gobiernos provinciales, y estos han salido a dar la batalla correspondiente.

¿Qué lectura haces de la falta de acuerdo entre los gobernadores ante medidas que afectan directamente la gobernabilidad de las provincias?

Pienso que se juegan distintas lógicas de poder en diferentes planos. Hay pertenencias identitarias partidarias, pertenencias geográficas regionales, a la vez que el clima se encuentra muy desgastado por la política del “todo o nada” que propone el Gobierno nacional, dentro de los vaivenes de comunicación con los gobernadores. Este último punto dificulta la predisposición al diálogo por parte de los máximos mandatarios provinciales.

Entiendo que resta ver aún qué intereses son los que aparecerán como más urgentes e importantes, particularmente en lo que se referirá a la reunión con los gobernadores. Todavía hay que esperar, para ver si primará el pedido de medidas de corto plazo, que vienen siendo demoradas hasta el momento; si esta reunión será el escenario para el fortalecimiento de sus propios liderazgos hacia adentro de sus provincias y regiones; si esto posibilitará la construcción de sus nuevas identidades políticas en el plano nacional o si en un marco más amplio, lo último que estará en juego allí será la defensa conjunta de una visión federalista de país.

¿Por qué crees que la política tradicional no está pudiendo dar respuestas a este nuevo tipo de construcción de poder?

Pienso que así como distintos actores sociales, ya sea figuras de la dirigencia política tradicional, o representantes de movimientos sociales, investigadores del área de la opinión pública, o de las Ciencias Sociales en general, no imaginaron que Javier Milei podría llegar a la presidencia -y con el alto porcentaje con el que fue elegido-, por razones similares a esas, actualmente estas figuras aún se ubican en un plano de sorpresa y estupefacción al ver a diario distintas escenas de la política en el país. Al mismo tiempo, como parte de este análisis que aún se encuentra en “construcción” de la nueva política actual, también resulta notable la falta de accionar concreto por parte de los sectores, que se espera funcionen como opositores a un Gobierno nacional. Más bien nos encontramos observando nuevos liderazgos, también inesperados, por figuras que se presentan como poco conocidas en el plano nacional, como por ejemplo el del joven gobernador de Chubut, Ignacio Torres. Distinto es el caso de un Miguel Angel Pichetto, por ejemplo, que con sus críticas al gobierno puede erigirse como una de las figuras protagónicas del escenario actual, representando a la vez una nueva potencia en el traje de una vieja figura de la política argentina.

¿Se puede lograr la libertad con la supuesta suspensión de la política?

A mi entender la respuesta a esta pregunta resulta aparente y obvia: es un NO rotundo.

“Suspender” la política, nunca trajo nada bueno en la historia del país o en la historia universal. En los momentos de proscripción o de intentos de “eliminación” de ciertas ideas (políticas), es cuando más se han propagado éstas ideas y estos intentos han encontrado resistencia. Los que nos dedicamos a la reflexión e investigación en las disciplinas “psi” entendemos que la prohibición genera deseo. No sé si la pregunta refiere a los intentos por parte de esta facción política de LLA, de anulación “del otro" y de aquellos que piensan “diferente”. Si la pregunta respecta a la suspensión de la política entendida como “política partidaria o tradicional” -lineamiento también promovido desde este gobierno- mi pregunta sería: ¿Pueden los ciudadanos ser libres de elegir qué actividad política quieren desempeñar y en qué marco? ¿Por qué no pueden ser libres de participar en un partido político o en uno de los movimientos corporativos, asociativos, gremiales, sociales ya activos? Este gobierno promueve limitar todo lo que implique participar dentro una organización colectiva. Allí ya habría un cercenamiento de las libertades civiles.

No hay que olvidar que el régimen democrático es lo que le permite a Javier Milei y a su facción política, construir poder y constituirse hoy como la fuerza gobernante. Y la libertad es parte esencial de la democracia.

Asimismo, sus críticas y palabras peyorativas utilizadas con el funcionamiento del Estado, entran en tensión, al observarse que son los propios mecanismos estatales los que le han permitido, constituirse hoy en Jefe de ese Estado.

¿Qué busca poner Milei en lugar de la política?

En principio una respuesta sencilla podría ser la de que Milei pretende colocar la economía en lugar de la política. Pero todos los que hemos estudiado economía sabemos que es una ciencia que no puede nunca dejar de ser política o de ser social. Por tanto, pensar que la economía, como disciplina que se ocupa de tornar más eficiente la utilización de los recursos y la distribución de los bienes y servicios en cualquier sociedad, constituye un área por fuera del resto de las materias sociales, o que se encuentra en una especie de “limbo” desligada de los seres humanos, pudiendo estar “des-ideologizada”, o ser “a-apolítica”, sería desconocer bibliotecas enteras de estudios epistemológicos y sociales dedicados a entender cómo se construye conocimiento y cómo se aplica el conocimiento.

-“Casta”: Slogan oficial que finalmente se vuelve en contra de LLA cuando surgen datos permanentemente que mostrarían a estos dirigentes como parte de ella.-“No la ven!”: La “verdad” no es una sola, ni hay que hacer que los que no la ven, la vean…. Eso se construye en conjunto y en un régimen democrático se debe gobernar para toda la población, no sólo para los que adhieren a las ideas de cierta facciòn política. -“Libertad”: El gobierno nacional comprendería la “libertad” sólo en términos individuales, competitivos y de acumulación financiera… Constituye una versión parcial de un concepto filosófico profundo. -“Afuera!”: Otro slogan que forma parte de la batalla cultural. Quitar lo que molesta o esconderlo debajo de la alfombra, resultaría una solución finalmente simplista.-“Motosierra”: La motosierra se aplica sobre diversos sectores, pero en su lugar no estarían existiendo grandes pilares de construcción de otras cuestiones.-“Licuadora”: Metáfora asociada a los salarios, que siguen pagándose pero “desgranados en su solidez y contextura”.

Te propongo un ping pong sobre el glosario libertario.

Dale.

“Casta”: Slogan oficial que finalmente se vuelve en contra de LLA cuando surgen datos permanentemente que mostrarían a estos dirigentes como parte de ella.

“No la ven!”: La “verdad” no es una sola, ni hay que hacer que los que no la ven, la vean…. Eso se construye en conjunto y en un régimen democrático se debe gobernar para toda la población, no sólo para los que adhieren a las ideas de cierta facciòn política. 

“Libertad”: El gobierno nacional comprendería la “libertad” sólo en términos individuales, competitivos y de acumulación financiera. Constituye una versión parcial de un concepto filosófico profundo. 

“Afuera!”: Otro slogan que forma parte de la batalla cultural. Quitar lo que molesta o esconderlo debajo de la alfombra, resultaría una solución finalmente simplista.

“Motosierra”: La motosierra se aplica sobre diversos sectores, pero en su lugar no estarían existiendo grandes pilares de construcción de otras cuestiones.

“Licuadora”: Metáfora asociada a los salarios, que siguen pagándose pero “desgranados en su solidez y contextura”.